martes, 28 de diciembre de 2010

Más haikus

BESTIARIO

I

Arrastrada, sí,
la modesta lombriz
por su destino.

II

¡La brizna de hierba
detrás de la libélula
tan sorprendida!

III
Arrepentido
lagarto tendido al sol
de su sangre fría

martes, 21 de diciembre de 2010

Solsticio de invierno: un poema para este día

En la oscuridad extendida

del veintiuno de diciembre

nadie enciende hogueras

como en la noche del otro san Juan.

La tiniebla se acata

en un grávido hundimiento

hasta el fondo limoso de la ciénaga.

Con ese barro nuevamente

se amasará la vida.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Opiniones de crisis: columna de esta semana en ABC

UNA HUELLA EN LA ARENA
Opiniones de crisis

Los españoles sienten que los cambios constitucionales prioritarios afectan al Poder Judicial

Francisco Estupiñán

La encuesta del CIS publicada estos días ha dado mucho de sí, aunque sus resultados de los últimos años mantienen cierta uniformidad. Según ésta, las mayores confianzas institucionales las concitan la Monarquía y las Fuerzas Armadas, datos que contrarían a no pocos en este país. Pero la mayoría sociológica reconoce y valora lo que prestigia a la nación sin darle, por contra, particulares quebraderos de cabeza. En el caso de la milicia habría que añadir, además, la capacidad de adaptación que ha tenido para aceptar el papel que le corresponde en un sistema democrático. Llegarse hasta Afganistán para esperar emboscadas por bastante menos de lo que gana un controlador aéreo es, simple y llanamente, vocación y voluntad de sacrificio. Y sus conciudadanos lo tienen en cuenta y se lo agradecen, como avala el socio-barómetro.
Y no es dislate esta estima mayoritaria, pues la lucidez de nuestro cuerpo social queda de manifiesto cuando señala a los bancos y las grandes empresas como principalísimos agentes de poder y relega a los últimos lugares de sus afectos al Gobierno del Estado y a los partidos políticos, que perciben como fundamentales agentes de distorsión en plena crisis económica por sectarismo y falta de sentido de Estado. En cambio, el sistema autonómico goza de mejor valoración, lo que trasluce que responde a una necesidad política sentida. También se aprecia la labor de los medios de comunicación, que sólo denuestan, en realidad, los que tienen algo que esconder.
Otra de las importantes conclusiones del estudio de CIS atañe a la reforma constitucional. Se entiende que es practicable, pero, curiosamente, no en la dirección y sentido que reclaman los partidos. Se considera que, sobre todo, es la Justicia la que debe ser reformada y, si se pide un cambio de tan alto rango, se debe a que se quiere blindar su independencia respecto de injerencias exteriores. El Estado autonómico también se considera revisable, suponemos que para establecer un punto final a una lucha competencial que muchas veces se torna insolidaria.
Pero el dato que parece que ha conmocionado más a la opinión publicada es que cerca de la mitad de los encuestados declara su insatisfacción con la democracia. Esto no debe tomarse como un sacrilegio ni entenderse como motivo de alarma porque, sobre todo, señala el hastío ante la insensata actuación política en época de grave recesión. Además, desde hace mucho tiempo se convino en aceptar que el sistema democrático no es el mejor, sino el menos malo. Y porque establece el imperio de la ley frente a las arbitrariedades del poder, no nos equivoquemos. Por eso, los españoles sienten que los cambios constitucionales prioritarios afectan al Poder Judicial

martes, 7 de diciembre de 2010

Wikileaks:artículo de esta semana

UNA HUELLA EN LA ARENA
Wikileaks

La gigantesca filtración promovida por Julian Assange nunca hubiera ocurrido en China o Irán. Y ese es nuestro privilegio.

Francisco Estupiñán

Wikileaks está en el centro de atención por la cantidad ingente de documentos confidenciales del Departamento de Estado de EEUU que colgó en la red y están siendo publicados por importantes diarios de diversos países. Pero no parece que a nadie con los pies en el suelo pueda sorprender lo que hasta ahora se ha hecho público. ¿O es que a todo el mundo se le ha escapado que Putin no es más que un mero continuador de la atávica autocracia rusa?, ¿o que Berlusconi tira mucho hacia lo impresentable? ¿Y que Gadafi está loco de atar? ¿Y que el Gobierno español suele decir una cosa y hacer otra?
Los ciudadanos mejor informados saben perfectamente que se les ocultan muchísimos datos sustanciales para componer el rompecabezas de la realidad. No se acaban de caer del guindo. Como saben también que los grandes sostenes de un Estado son sus servicios de información y su diplomacia, las dos caras de la misma moneda. Pero hasta las revelaciones más graves publicadas por Wikileaks, como que Pakistán practica un doble juego con el terrorismo internacional, las deduce perfectamente cualquier lector de prensa diaria.
Las sospechas sobre esta inmensa filtración de información confidencial recaen, al parecer, sobre un militar estadounidense. Lo que, a la postre, demostrará por enésima vez que todos padecemos algún pecado capital, sea avaricia, ira... Tampoco aprendemos nada nuevo a este respecto.
Entonces, ¿cuál es el escándalo? Sobre todo, la evidencia de que la confidencialidad de ciertos procedimientos en países democráticos es totalmente vulnerable en la era de la globalización. Esa es la gran quiebra, aunque algunos quieran insistir en presentar como insólitos métodos habituales de trabajo de las embajadas de todos los países desde que existen los Estados.
El secreto parece cada vez más cosa de otros tiempos, pues las herramientas a disposición del común para dejar constancia de lo que sucede a su alcance son hoy casi infinitas con las webcam y los teléfonos celulares con cámaras y grabadoras de voz que sirven lo mismo para denunciar los abusos en Afganistán que para violar el honor y la intimidad de cualquier transeúnte. Y la capacidad para almacenar esa información es gigantesca con todos los soportes informáticos existentes. Antes, hubiera sido más complicado pasar desapercibido intentando birlar cientos de miles de folios.
Así las cosas, las sociedades abiertas viven hoy en la dicotomía entre seguridad y transparencia y esta última puede convertirse, en un descuido, en la quinta columna que nos deje inermes frente al autoritarismo. La gigantesca filtración promovida por Julian Assange nunca hubiera ocurrido en China o Irán. Y ese es nuestro privilegio.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Oposición para enterrador

Léese en el diario El Día de hoy, página 53, gacetillas de ofertas de empleo para más señas: "SEPULTURERO POR oposición. Zona norte. 922-101679".
¿Ya hasta se oposita para ser enterrador?; y el número de teféfono, ¿de quién es?, ¿de la academia preparatoria?, ¿cuál será el contenido del temario?
That's increible!

jueves, 21 de octubre de 2010

Filosofia isletera

Últimamente sigo más el fútbol que durante toda mi vida; sin entusiasmo, sólo por entretenimiento. Por eso, anoche vi el partido del Barça por la Tele Canaria, donde uno de los comentaristas es el ex futbolista Alexis Trujillo.
Fue precisamente Alexis el que, haciendo un comentario algo precipitado por lo que sucedía en el campo, terminó su intervención así: "En la vida todo es posible, menos la muerte". Era un comentario aparentemente desacertado, pero en absoluto. Es una auténtica reflexión que sólo puede darse en el barrio grancanario de La Isleta, de donde es Alexis. En la vida, todo es posible, menos la muerte, que es lo único seguro. ¡Lo que se aprende viendo un partido!

jueves, 7 de octubre de 2010

Cristóbal nos ilustra sobre las coacciones

Cristóbal quizo introducir un comentario en la entrada a mi artículo Piquetes Coactivos. Sin éxito. Añado el enlace a su blog para que todos aquellos que quieran abundar en las coacciones habidas durante la huelga general tengan más elementos de juicio:
http://nosonbromas.blogspot.com/

lunes, 20 de septiembre de 2010

La sociedad del eufemismo: columna de ayer en ABC

UNA HUELLA EN LA ARENA
La sociedad del eufemismo

La palabra es un arma cargada, pero no, como decía Celaya, de futuro

Francisco Estupiñán

El Estado lo sabe todo de nosotros, o lo puede saber: quiénes somos, dónde vivimos, cuánto ganamos e, incluso, dónde hemos estado, gracias a la proliferación de cámaras en la vía pública. Pero se acepta porque son informaciones necesarias para contar con el Estado igualitarista y asistencial que la mayoría social quiere, aunque sea en detrimento de la privacidad y, a veces, de la libertad.
Pero lo que no cabe presuponer es que tal sistema genere una sociedad más solidaria, pues muchos son los casos en que las prestaciones se usan con fines políticamente clientelares mientras los potenciales beneficiarios sólo esperan el rédito personal, importando un bledo lo que sería de justicia. Porque, a pesar los discursos buenistas al uso, cada cual va a lo suyo. Van a lo de ellos los miles de ni-nis que cobran pensión no contributiva por la gracia de no trabajar y no estudiar, los jubilados que usan sus recetas gratuitas para surtir de medicamentos a toda la familia, los liberados sindicales por la decisión unilateral de un sindicato… Y así hasta el infinito.
Todo ello, claro está, sufragado por aquellos que tienen una nómina, los contribuyentes sin puerta de atrás, que, encima, se convierten en una carga para el Gobierno cuando se transforman en estadística negativa porque están en paro. O en un gasto insostenible cuando perciben, al parecer demasiado tempranamente, las pensiones por las que sí han cotizado.
Ese entramado pretendidamente progresista cuenta, además, con comisarios políticos que se dedican a censurar al funcionario que escribe como manda la Real Academia porque usa un lenguaje supuestamente sexista o pone etiquetas descalificadoras a la espalda de quien dice España en lugar de Estado español.
Con estos mimbres, y otros tantos, hemos creado la sociedad del eufemismo, de no llamar a las cosas por su nombre, sea por interés personal o por temor a ser expulsado del paraíso políticamente correcto. Es el caso de la guerra en Afganistán, que nuestro gobierno denomina misión de paz porque el presidente y la ministra de Defensa afirman que son pacifistas y también porque las encuestas avalan el rechazo a cualquier esfuerzo militar, aunque éste sólo quiera garantizar nuestra propia seguridad. Se colige que no pensamos en evitar otra tragedia como el 11-M, sólo deseamos olvidarla. Como hemos olvidado las muchas veces que oímos “algo habrá hecho” cuando ETA asesinaba a alguien, frase seguramente pronunciada por los mismos que ahora miran mal a nuestra paisana Lucía Jiménez porque reclama justicia para las víctimas del terrorismo del Frente Polisario.
Parece, pues, que la memoria, histórica o no, es siempre selectiva y el análisis lingüístico comparado, como demostró el portavoz socialista en el Congreso, da mucho juego. La palabra es un arma cargada, pero no, como decía Celaya, de futuro.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Cambio climático: columna de ayer en ABC

UNA HUELLA EN LA ARENA
Cambio climático

El pronóstico general es que Zapatero se diluirá como los casquetes polares

Francisco Estupiñán

No, el clima en los próximos meses no será otoñal a consecuencia del grave cambio climático. Será electoral, tiempo con vientos racheados que soplan de todas direcciones, aunque con una clara tendencia a rolar hacia la derecha. Pero será un temporal más calmado que en estaciones precedentes. Ni sus tronidos resonarán tanto al no hacer eco en una fuerte financiación ni sus promesas de buenas cosechas futuras se repetirán, tal y como ha ido este año reseco en el que no se ha visto una nube henchida de fertilizantes datos macroeconómicos. Todo consistirá en que el pedrisco, con cara de inocentón, dirá que ha hecho lo único que se podía hacer, mientras el pantano barométrico de Rajoy advertirá que no habrá vendimia este año porque cayó el pedrisco. El benévolo anticiclón de las Azores no podrá hacer nada esta vez.
Quien empieza la temporada de huracanes es Montilla, al que le va a llover sobre mojado después de un juego rocambolesco llamado Pacto del Tinell, resultado de similar y tempestuoso acuerdo con ERC que el pergeñado por sus ancestros en 1934. Y con iguales intenciones de perpetuar al partido en la estratosfera del poder. Por segunda vez, sin embargo, a esta alianza subrepticia la barrerá la tramontana a pesar del cordón sanitario, más inútil, a la postre, que la alarma por la gripe A.
Más bonancible será el clima por Madrid, donde Aguirre seguirá siendo la cólera de los dioses trinitarios y Gallardón dejará a la furia roja de Lissavetzky en el banquillo de los éxitos ajenos. Por su parte, es probable que Valencia reciba la peor de las gotas frías en la Generalitat, que podría desbordarse hasta Murcia, por la corrupción sin plan de emergencias.
De resto, el tiempo se mantendrá estacionario en el Cantábrico, las dos Castillas, Extremadura y Andalucía, donde no tienen manera de jubilar a Javier Arenas, más impertérrito bajo la nada que una estación meteorológica de hormigón armado.
Después, llegará la tormenta perfecta, terroristas vascos mediante. El pronóstico general es que Zapatero se diluirá como los casquetes polares al final de la estación de las urnas, pero queda por saber si, tras los comicios municipales, el entorno etarra podrá disfrutar otra vez del chirimiri del dinero público por cuenta del hombre del tiempo. Del tiempo que le queda en la Moncloa después de demostrar que lo mismo califica un atentado brutal en Barajas de accidente que se pone duro con los de la boina, como ha hecho esta semana. Es un frente borrascoso impredecible que tiene a España aterida.
De este tiempo tan inclemente, según el mapa de isobaras políticas, se librará Canarias que, con algún chubasco localizado sobre la orografía del PSOE, continuará con su templado clima hasta prolongar, tras las elecciones autonómicas, aquel verano de 1995 que todavía no ha terminado.

domingo, 8 de agosto de 2010

martes, 3 de agosto de 2010

Columna del domingo pasado en ABC

UNA HUELLA EN LA ARENA

Gatopardismo

Cataluña es un orgullo para España y su plural cultura, una riqueza de la que disfrutamos todos

Francisco Estupiñán

Fidel Castro anunció que la historia lo absolvería. Y finalmente lo ha condenado porque las sociedades son un ente cambiante, en constante movimiento, y no avanzar lealmente con ellas es quedar rezagado en el tiempo, permanecer en el pasado. El pensamiento inmutable es el fracaso.
También nuestro actual Gobierno ha sufrido esta lancinante experiencia. El socialismo radical chocó frontalmente con la realidad como un avión guiado por un controlador desde la consulta médica. Y, mientras se trabaja en reparar el desastre, sobrevive con viajes a Las Palmas para visitar a la selección de baloncesto. Hay que ganar tiempo e imagen para evitar cumplir la dura condena de ser un infausto recuerdo.
Pero el tacticismo lo mantiene prisionero. Sostenida la crisis por el coma inducido, nos abismamos una vez más por la otra sima de un Estado al borde de la quiebra. Las autonomías son un bien instrumental que, traspuesto a la categoría de fin en sí mismo, se ha tornado elemento opresor de los derechos de ciudadanía. Sucedió durante treinta años en el País Vasco, donde el PNV se creyó partido único porque las balas obligaban a la libertad a parapetarse. Ahora ocurre en Cataluña, pues la proximidad de las elecciones autonómicas hace más pronunciada la cuesta abajo por la que cae la política, olvidada de que la democracia es, ante todo, el imperio de la ley, bajo la que todas las personas son iguales.
Cataluña es un orgullo para España y su plural cultura, una riqueza de la que disfrutamos todos. Y por la que nos sentimos honrados. El catalanismo, en cambio, no ceja de disparar bolaños sobre el resto de la nación, incluso sobre su idiosincrasia, fértil simiente constituyente de sus conciencias desde siempre. Donde antes hubo cosmopolitismo ahora naufraga la libertad en un mar de atávicos prejuicios.
El plan diseñado es bien sencillo: meter el dedo en el ojo hasta que todos quedemos ciegos y ya no seamos capaces de encontrarnos, perdidos en la oscuridad, en la desconfianza, en el rencor. Y para ello sirve hasta la tauromaquia, que sólo puede fenecer de muerte natural y no fusilada en el paredón de la intransigencia. Esa prohibición es más incivilizada que la vida perdida en lucha mano a mano y mirando de frente al enemigo. El toro bravo es, en el contraste, una lección de dignidad.
Pero cuando la divisa con la que se pagan las transacciones políticas es la abstención, la inacción, ante leyes tan sustantivas como la reforma del mercado laboral, cuando un Gobierno hace suyo el gatopardismo de que todo cambie para que nada cambie, la condena de la historia será, de seguro, irremisible. La anticipará las urnas.

lunes, 19 de julio de 2010

Artículo de ayer en ABC

UNA HUELLA EN LA ARENA

Supersticiones

Y, ante tanta majadería discursiva, el fervoroso pueblo ya sólo puede creer en Andrés Iniesta

Francisco Estupiñán

Los ateos se aferran a la duda metódica y no creen ni en el gameto que los fundó sin evidencias. Los creyentes, por su parte, depositan su fe en Dios. Y santas pascuas. Sólo los agnósticos son presa de la superstición, impelidos por su incertidumbre respecto a la existencia de fuerzas sobrenaturales y omnipotentes. De esa duda les vino la zozobra cuando constataron la clarividencia de los cefalópodos, cumplidos los prósperos augurios de Paul a nuestra selección. Y más desazón aún comprobar que el pulpo, amén de buena cabeza, tiene mucho corazón. Exactamente, tres.
Claro que estas cosas de la hechicería lo mismo que hacen feliz dan canguelo, como lo sufrió el escéptico Zapatero cuando quiso hacerse el suertudo con sus asistencias al Campeonato de Europa de fútbol. Inopinadamente, empezó a propalarse el rumor de que, en realidad, era un gafe. Desde esas fechas, pobrecito nuestro, no se acerca a un estadio para eludir ese sambenito. Y, curiosamente, el equipo nacional va de victoria en victoria, al contrario que el Consejo de Ministros, al que sí suele asistir.
Por eso, los simples mortales nos hemos descreído de la curia política, según avala el CIS, pues nos cuenta prodigios increíbles y dicta dogmas que, en puridad, son anatemas para la razón. Es el caso del propio presidente explicando, en el Estado de la Nación, que la reforma del sistema de pensiones se vincula al ciclo demográfico y no a la crisis… Conjuros baldíos, pues a los manes de la jubilación se les reza con la transparencia de los números y no con opacos abracadabras sociológicos. Y, ante tanta majadería discursiva, el fervoroso pueblo ya sólo puede creer en Andrés Iniesta, capaz de derrotar a un demoníaco enemigo con la inmaculada verdad de un gol y, luego, reclamar para sí silencio y humildad, no vítores.
Pero a Montilla no le importa el descreimiento general, está absolutamente convencido de que el Gran Hacedor lo ha ungido para liberar de la esclavitud a su pueblo elegido (por Montilla, no por Dios, pues los catalanes, si quieren, nacen en Córdoba). Y el charnego redimido, que leyó el catecismo catalanista por el capítulo del milagro de los panes y los peces, convirtió a 65.000 turiferarios en un millón y medio de soberanistas sublevados contra el diabólico imperio de la ley.
Y ustedes se preguntarán: ¿qué tienen en común el agnóstico Zapatero y el mesiánico Montilla? Pues que ambos arúspices se reunirán esta semana después de un debate parlamentario en que el presidente y las minorías convinieron que España es catalana. Tras ese próximo aquelarre, anunciarán que las entrañas de la sacrificada Constitución así lo auspician. Esa es mi profecía.

miércoles, 7 de julio de 2010

Deporte centrípeto

En una nación donde la política es centrífuga, el deporte es el motor centrípeto que nos da unidad. El orgullo no nos lo da nuestra sociedad, sino una pelota, sea de tenis, de baloncesto o de fútbol. Somos, pues, una prueba más de que la política no une a los hombres, los separa.

lunes, 5 de julio de 2010

Columna de ayer en ABC (o parecida)

UNA HUELLA EN LA ARENA

Nostalgia de palabras

¿Cuántos de nuestros jóvenes saben que arroba es una tradicional unidad de peso?

Francisco Estupiñán

Manosear las palabras, disfrutar de ellas, sumergirnos en sus connotaciones, en sus emociones, es una forma de placer para muchos. Y también de añoranza, pues tantas han sido las transformaciones del mundo en los últimos cincuenta años que el lenguaje se ha visto, por igual, trocado profundamente.
En mi caso, criado en la ciudad, pero con un pie siempre puesto en el campo, he vivido la extinción de términos que echo de menos tanto como a las propias personas que los pronunciaban. Disfrutar del vuelo de las libélulas mientras guindaba agua del pozo, ver trasponer a mi vecino majada arriba o huir sigilosamente cuando los parientes nos regalaban beletén. Guindar, trasponer, beletén son términos ajenos al habla actual.
Pero tengo por fortuna haber vivido esa transición en la que crecimos entre leche en polvo y de vaca, caliente, ordeñada directamente en una escudilla con gofio. Y rememorar la novedosa emoción de comer el primer yogur; el mío era de fresa. Y ya no me hiere el orgullo recordar cuando mi madre me reprendía con una frase arcaizante: “¡Habrase visto chiquillo babieca!”.
Personas de más edad podrían testimoniar mejor el gran cambio sufrido por nuestro idioma, como el insigne lingüística que, de sus vivencias infantiles de la guerra, le quedaba la repugnancia por la humilde lenteja. En su mente se grabó como sinónimo de gorgojo.
Hoy la lengua es otra. Para muchos una desconocida, una criatura difícil de identificar, pues todo el planeta la conoce por español menos los españoles, que nos empecinamos en llamarla, impropiamente, castellano. Y está fuertemente marcada por la influencia de los medios de comunicación y la abundancia de extranjerismos que evidencian nuestra escasa intervención en el desarrollo tecnológico contemporáneo. ¿Cuántos de nuestros jóvenes saben que arroba es una tradicional unidad de peso? Sólo es un raro signo de la nomenclatura informática.
Lo peor, tal vez, sea el reduccionismo, la pobreza de léxico y la falta de compresión lectora, una de las continuas alarmas encendidas de nuestro sistema educativo. Consecuencia patente es cómo la actividad política se ha constreñido en los titulares de prensa a un solo verbo: apostar. Todos los políticos apuestan como tahúres del Misisipi. Y son, sin embargo, las columnas de opinión las que se llevan al aula para los comentarios de texto. Los profesores ven a sus discípulos incapaces de enfrentarse a los versos diáfanos de Antonio Machado y se conforman con que puedan acceder con algún criterio a los periódicos.
Pero, en fin, quizá todo cambie más aprisa que yo y por eso esta nostalgia por las palabras.

miércoles, 30 de junio de 2010

Periodistas y selección española

Cada vez más me reafirmo en la idea de que los periodistas deportivos tienen más relación con los políticos que con el resto de periodistas. Se dedican en muchas ocasiones a especular para ocultar la verdad y a tomar partido de forma tan evidente como Zapatero o Rajoy, cuando su teórica obligación es informar con objetividad al público. Ayer no sabían qué hacer para ocultar lo evidente: el punto de inflexión del partido se produjo cuando Torres se sentó, con mala cara además, en el banquillo.
Con respecto a la selección nacional, mi modesta opinión es que ha quedado patente que Torres no es titular ni Fábregas su sustituto, que el totem Casillas no está en su momento mientras dos grandísimos porteros son suplentes y que España no juega relajada y con brillantez a no ser que tenga el marcador a favor.

lunes, 28 de junio de 2010

Columna de ayer en ABC

UNA HUELLA EN LA ARENA
A la playa sin mirar atrás

Francisco Estupiñán

El clima no se terminaba de aclarar estos días. Pero el verano empezó oficialmente mientras los chicos del barrio, obedeciendo un impulso primigenio, apilaban maderos para iluminar la noche de San Juan. Las hogueras solsticiales se prendieron con los más jóvenes de vacaciones escolares y los adultos haciendo planes para atestar nuestras costas de cuerpos que se tornarán broncíneos sin atender las reconvenciones de los dermatólogos. El mar, la cerveza y la siesta constituyen el arsenal con el que dar la batalla a la canícula, según costumbre añeja y querida. ¡Qué lejana aquella época en que las pieles curtidas eran cosa de plebeyos!
Las buenas gentes no dejarán que ninguna crisis les amargue el solaz estival, aunque sea austero. Y hacen bien, pues los discursos políticos son soportables, hasta entretenidos, durante los meses hábiles, pero durante el veraneo sólo quedan de guardia los dioses menores en las sedes de los partidos. Los líderes también estarán pronto de holganza recesiva y los paparazzi revolotearán por sus aledaños como avispas de culo blanco en acopio del sustento invernal.
Son meses de regocijo acendrados en la idiosincrasia colectiva después de un largo proceso de decantación que empezó con el éxodo rural y que, lentamente, se ha ensolerado al cobijo de las nobles maderas del bienestar. Nos lo tenemos ganado. Y nos importará lo que un guisante en la paella una hipotética renovación del Gobierno, y se celebrarán los chistes de la ministra Aído en los chiringuitos; todo con una jovialidad tan perecedera como las hojas muertas del próximo otoño, cuando tengamos que huir del fuego cruzado al que nos someterán José Blanco y Leire Pajín, acribillándonos sin compasión con los perdigones de la militancia pura y dura desde todos los balcones catódicos. Las vacaciones son ahora y el futuro inmediato sólo promete más de lo mismo.
La única tarea de importancia que nos resta antes de huir de las urbes es aquilatar la autoestima nacional. La medida la obtendremos en los campos de fútbol de la lejana Sudáfrica, pues sabemos de viejo que el orgullo patrio se hilvana o deshilvana en las páginas de los diarios deportivos y no en el Boletín Oficial del Estado, que ha quedado en un terrorífico folletón al mejor estilo de Stephen King. Vicente del Bosque, seamos sinceros, nos da más confianza con su parquedad castellana que los debates bipolares del Tribunal Constitucional.
Así que preparemos las maletas y partamos hacia la playa sin mirar atrás, que ya volveremos a la rutina diaria para leer en la prensa, como todos los años, sobre la depresión postvacacional.

lunes, 21 de junio de 2010

Columna de ayer en ABC

UNA HUELLA EN LA ARENA
Los golpes de la realidad

Francisco Estupiñán

Felipe González ve a Zapatero golpeado por la realidad, una imagen certera que se puede contrastar en los telediarios, pues las chaquetas le bailan sobre los enjutos hombros. A él y a sus acólitos sindicales, que convocan su pseudohuelga general en coincidencia con otra protesta europea a fin de agazaparse, como pequeñas matrioskas, en otra mayor. Tampoco se quedan a la zaga los barones de su partido, que marcan las distancias para que sus estertores no les contagien la mengua. Mas no se les puede reprochar el escaqueo cuando el propio presidente reconoce en el Congreso que está al frente del peor gobierno de la democracia.
No obstante, estos ingenieros sociales progresistas, equisexuales y planetarios que nos iban a salvar de nosotros mismos, ante la quiebra resultante de la imprevisión y las mentiras, han intentado desesperadamente lanzar fuegos de artificio para que sus conciudadanos miraran hacia los celajes, no hacia la tierra que se mueve bajo sus pies. Pero a deshora. Han procurado abrir el enésimo proceso de paz con ETA mientras Usabiaga cuida a su madre. Y nada. La penúltima ocurrencia la ha protagonizado Moratinos esperando a las puertas de la denostada Iglesia católica para apuntarse el tanto de maquillar la tiranía cubana y mostrarlo en Europa como infalibilidad del buenismo. Nada tampoco. No les queda solvencia económica ni política.
Agotada la credibilidad del zapaterismo, los sondeos electorales otorgan ya una holgada mayoría absoluta al PP, con quien empiezan a flirtear las minorías. Pero Mariano Rajoy no es un líder que levante pasiones ni tampoco los populares encuentran un discurso equilibrado entre el tremendismo y el populismo. No ganan ellos; en realidad, pierden los socialistas. Arrasará el voto útil con tal de enviar a la oposición al PSOE.
Sin embargo, los de la zeja no aceptan la derrota ni pierden la esperanza de imponer su trasnochada ideología guerracivilista a un país al borde de la bancarrota. Han emprendido una onerosa campaña publicitaria en la cual Almodóvar dice que es un aviador militar fusilado, sin abogado ni juicio, el 18 de julio de 1936 por no sumarse a la rebelión. Bueno, pues yo soy el policía Basilio Gamo, asesinado en una fecha imprecisa por el Frente Popular, sin abogado ni juicio, por el simple hecho de haber sido escolta oficial del también ejecutado José Calvo Sotelo. Los golpes de la realidad no sólo se estrellan contra Zapatero; sea en las guerras o en las crisis, siempre nos arrean a todos.

jueves, 17 de junio de 2010

Soberbia y chamanismo

Nunca he sido futbolero, pero sí le estoy prestando atención al Mundial. Y tanta soberbia con la historia de que España era favorita, pues me ponía malo. Nuestra selección era favorita para nuestra prensa, pero no, desde luego, para los argentinos o los brasileños, pongamos por caso.
Bien, cuando subía a casa, antes del partido, los comentaristas radiofónicos debatían si le metíamos cinco o seis goles a Suiza. No había unanimidad. Una soberbia eufórica inundaba el espectro radioeléctrico y el enemigo a batir, al parecer, era un equipo formado por discapacitados físicos y psíquicos a partes iguales.
Después de la derrota, los mismos comentaristas abrazaban el chamanismo, que si ZP es gafe, que si Sudáfrica nos da mala suerte, que si la conjunción de los astros...
Me llama la atención todas estas emociones tan encontradas que el fútbol es capaz de concitar apenas con hora y media de diferencia y que tienen que ver, sobre todo, con sentimientos bastante elementales como la superstición.
PD: Lo que yo vi fue un gol suizo por fallo de la defensa culminado con otra salida en falso de Casillas y un equipo que se desarmada con el marcador en contra.

lunes, 14 de junio de 2010

Columna de ayer en ABC

UNA HUELLA EN LA ARENA
El Mundial del sida

Francisco Estupiñán

La última película de vaqueros que vi narra, en realidad, un conflicto que se prolongó miles de años y que tanto apasionó a mi admirado Bruce Chatwin, una de las víctimas de los primeros estragos del sida: ganaderos y agricultores, nómadas y sedentarios, que afrontan el antagonismo de sus modos de vida violentamente desde los tiempos de Caín y Abel. Pero el sedentarismo, pausadamente, se impuso en esa primigenia lucha. Ni siquiera perdura la dicotomía entre el campo y la ciudad, pues el mundo rural está habitado, cada vez más, por ancianos y algunos bohemios que buscan paz y sencillez.
Los sociólogos convienen en que el modelo económico y social resultante de estos litigios en Occidente es hoy paradigma para el resto del mundo, que ha aprendido la senda a recorrer para alcanzar nuestros niveles de vida: sanidad y educación. Sólo los países más desarrollados soportan el vértigo de explorar los caminos que conducen al ignoto futuro.
África, atenazada por innúmeras desgracias, vive al margen de esta realidad. Buen ejemplo es Sudáfrica, la última nación que padeció el racismo institucional blanco, que acoge desde el viernes el Campeonato Mundial de Fútbol. La FIFA está contentísima por los altos rendimientos económicos, pues todas las infraestructuras y servicios se compran sobre valor local y se venden a precios europeos. El margen de beneficios es más que amplio.
Este rico país se ha depauperado calamitosamente después de que Nelson Mandela dejara la presidencia. Su sucesor, Thabo Mbeki, simplemente negaba la existencia del sida mientras morían casi 400.000 personas por la falta de tratamientos. Posteriormente, dimitió por su implicación en diversas corruptelas. Fue reemplazado por su rival y actual mandatario, Jacob Zuma. Éste es polígamo, sufre en los últimos meses un público ataque de cuernos que ha dejado una víctima mortal y estuvo procesado por violación a una joven seropositiva. Durante el juicio, en el país con más infectados del planeta, afirmó que una buena ducha tras el coito es suficiente para evitar el contagio.
Mandela es un héroe que sacrificó su vida enfrentándose a un régimen segregacionista intolerable, pero sus continuadores, ayunos de su grandeza moral, sólo se han ocupado de cebar sus cuentas corrientes como lechones y de propagar, con sus criminales estulticias, una epidemia que, finalmente, asuela a su pueblo. Son, no cabe duda, los malvados de una historia con más truculencia y ruindad que cualquier película del Oeste. Éste es el esperpéntico decorado político del Mundial del sida.

jueves, 10 de junio de 2010

La historia, a la medida

El diputado socialista Eduardo Madina cuenta con todas mis simpatías, entre otras cosas porque es de las muchas personas que han sobrellevado con heroísmo y compromiso social haber sido víctima del terrorismo etarra. Pero, con ocasión de las celebraciones del centenario del PSOE en las Cortes, ha soltado la especie de que su partido ha demostrado una diáfana vocación democrática y parlamentarista desde su fundación. ¿Hablamos del mismo partido que apoyo la dictadura de Miguel Primo de Rivera participando en sus gobiernos? ¿Del mismo partido que conspiró contra la República liderando el fallido intento de sublevación de 1934? Parece, entonces, que esa vocación no ha estado siempre tan clara y que cuenta con sus excepciones. Pero eso es lo que tienen los partidos, que siempre hacen la historia a su justa medida.

viernes, 21 de mayo de 2010

El toreo y el periodismo exquisito

Me gustan los toros, aunque no soy ni un gran aficionado ni un entendido. Lo siento por los antitaurinos, pero aprecio el valor y el arte, que ambas cosas tiene la tauromaquia, de la que existen testimonios inmemoriales.
Al ser el toreo calificado de fiesta nacional en España, es una actividad que siempre ha ocupado su lugar en los medios de comunicación. Hoy sólo Digital+ tiene en su programación las grandes ferias de la mano de Manuel Molés. Por su parte, la prensa de referencia mantienen sus páginas críticas para la Feria de San Isidro o la de Sevilla.
Todo lo anterior ha sido para llegar a este punto: las crónicas taurinas han sido, de siempre, piezas periodísticas exquisitamente escritas por manos cultas, amén de entendidas. Ahí están las de Zabala de la Serna, antes en ABC y ahora en El Mundo (lean la de hoy mismo, sin ir más lejos), o Andrés Amorós, en ABC, que elevan sus escritos hasta la literatura.
¿Porqué no ocurre lo mismo con otras secciones y géneros periodísticos? Las crónicas deportivas suelen llegar al patetismo con su lenguaje ramplón y lleno de tópicos, salvo excepciones. Porque excepcionales eran los artículos futbolísticos de Julio César Iglesias en El País, si la memoria les alcanza.
¿Es que ya no se hace periodismo de pluma sino en los suplementos literarios, y no siempre? ¿Se aleja el periodismo cada vez más de la excelencia?

lunes, 10 de mayo de 2010

Historia rápida de la filosofía occidental

Dios condenó al hombre a ganarse el pan con el sudor de su frente. Pero para nada, pues inmediatamente comenzamos a crear el Estado del Bienestar, cimiento de la sociedad española. El primero que hizo una formulación concienzuda al respecto fue el filósofo heleno Agustóteles, que inventó la democracia y las fiestas dionisíacas porque estaba triste por la muerte de su maestro Sócrates, producto de un mal trago.
Pero los griegos iban a lo suyo, eran muy individualistas, por lo que no se puso orden a la vida en sociedad hasta los romanos. Primero fueron muy peleones, pero cuando Octavio llegó al poder las cosas cambiaron. La medida más inmediata fue hacerse llamar César Agusto para que se notara el cambio de régimen y, después, decretar que el mes más caluroso del año era de vacaciones. Y lo bautizó con su nombre para que no nos olvidáramos de darle las gracias.
Pero los dos mencionados eran páganos y sólo el cristianismo fue capaz de crear, aunque muy despacio, la sociedad que Europa se merecía. Los fundamentos para ello los puso San Agustín después de una juventud licenciosa en el norte de África. Por eso, luego, recomendaba mucha moderación con el sexo y procurarse placer con cosas menos estresantes como la vida contemplativa e intelectual. Así nacieron los agustinos, tan a gusto ellos con sus libros.
A la postre, los beligerantes seguidores de Santo Domingo quisieron imponer por la fuerza el orat et labora y que sólo se descansara un día a la semana para ir a misa. Pero no estábamos para perder derechos y la cosa volvió a coger color local cuando los andaluces, con su ingenio habitual, les echaron a perder el invento. Organizaron una cuaresma de órdago, con capirotes y fanfarrias, y, de seguido, la Feria de Abril para olvidar tanta pasión y dolor.
Sin embargo, las mujeres llevaban siglos de protestas porque, si el hombre no ganaba el pan con el sudor de su frente, ellas seguían pariendo con dolor, lo que era una clara injusticia. Gracias a los avances científicos de siglos, el resultado fue la anestesia epicureal, en recuerdo de otro filósofo griego que gustaba mucho del vacilón.
Ahora nos escasean los pensadores, pero ni falta que hacen. Tenemos al deportista Aguti, rico y guaperas, y a Penacho Vital, conocido como Vaso de Tubo. La filosofía se va a suprimir de la enseñanza por la educación ciudadana y sexual, que ya se sabe que vale más cualquier cosa en mano…
Pero siempre llegamos tarde en este país. Los jamaicanos, subdesarrollados y todo, pergeñaron una religión que te obliga a fumarte no sé cuántos porros al día y del tremendo colocón dicen que Hayle Selasy es un profeta.

martes, 4 de mayo de 2010

El cielo

Igual que este largo fin de semana en Tenerife, hoy es un día de humor extraño, en que el cielo se entristece de pronto, cubierto de celajes grises, como sonríe de improviso en su plenitud luminosa, sin que ninguno de estos estados de ánimo permanezca por mucho tiempo. El clima muestra un alma que descubre la ciénaga que inunda el corazón próximo, el que abandona al necesitado, el que traiciona la honestidad, el que se alimenta de egoísmo y codicia, el que transpira la bilis de la discordia. Y se deja arrastrar por una ciclotimia dominante del noreste que, a rachas, desarbola la consistencia de sus colores.

miércoles, 28 de abril de 2010

Vaya con los antifascistas

Aunque hoy la prensa, con la reflexión que media en la escritura, pone las cosas en su sitio, las noticias de anoche en Antena 3 reprodujeron las imágenes de la brutal paliza que un joven propinaba a otro en el metro de Madrid. Al primero, lo califican de antifascistas y al segundo, de extremista de derechas. Y, claro, sólo nos queda pensar: "Menos mal que el chico era antifascista ¡y qué gran fichaje se perdió las SS!". Cosas veredes, amigo Sancho.

viernes, 23 de abril de 2010

Fáciles de conformar

Semana dura esta que termina. Ajetreos mil que nos retienen hasta mucho más tarde de lo habitual fuera de casa, del remanso de paz, del reino propio, donde la norma consuetudinaria tiene todavía algún valor.
Pero hoy es viernes y el cansancio se aplaca como una animal albardado que reconoce la proximidad de su alpende. Y recuerdo ahora cómo mi amigo y yo mirábamos ayer a su hermano estibar el velero para salir con el ocaso en dirección al Estrecho. Cinco días de navegación, cinco días sin tierra, cinco días sin mundo... Volver al hombre primigenio, al que vive con la naturaleza.
A veces echo de menos haber sido otra persona, un hombre sencillo; un albañil, por ejemplo. El trabajo duro hasta primeras horas de la tarde, la cerveza con los amigos o el fútbol apasionado y, luego, dormir toda la noche porque el cuerpo lo exige, sin aceptar caprichos del alma.
Pero el descanso ha llegado, por fin. Cocina, lectura, guitarra... y todo quedará atrás. Si nos desvestimos de pecados capitales, ¡qué grata es la vida!, ¡qué fáciles somos de conformar!

viernes, 16 de abril de 2010

El placer de la columna

Mi colaboración dominguera con la edición regional de ABC está siendo para mí una satisfacción, un placer. Esas columnas breves me gusta trabajarlas con denuedo, pulirlas, lustrarlas. Es verdad que no se merece menos una de las cabeceras históricas y de referencia del periodismo español, pero el disfrutar del acto de escribir me hace estar en plenitud.
Lo más difícil siempre es encontrar el tema, pues no quiero que la política se enseñoree de mis artículos. Busco también otras cosas que decir sobre la actividad humana y evitar ese monopolio temático.
Suelo escribirla el lunes y el resto de la semana, dedicándole un ratito, voy perfilando su fondo y su forma hasta que el viernes se la hago llegar al amigo Bernardo Sagastume, redactor jefe del periódico, para su publicación el domingo
El lema que hay detrás de este trabajo lo aprendí de un viejo y buen periodista que una vez me dijo que el éxito del columnista está en la ironía y el sarcamos, las dos armas dialécticas que atrapa a los lectores. Y procuro usarlas.
En estos días he podido comprobar, además, que muchas personas de mi entorno han descubierto estas columnas y las están siguiendo, lo que siempre te alegra, pues se escribe para ser leído. No se habla para las paredes.
Pero la mayor sorpresa me la he llevado el pasado martes cuando, leyendo El Día, me encuentro en su página 15 un artículo que me llama la atención porque su título menciona la espiral del silencio, que fue como encabecé uno de los míos de hace un par de semanas. Lo leo y compruebo que, con más texto, el tal articulista me copia hasta oraciones completas. Esto me ha divertido muchísimo, pues no deja de enorgullecerte que, entre tanto primer espada del columnismo español, haya sido fuente de inspiración de un plagiario. Un honor.

miércoles, 14 de abril de 2010

Paseo matinal

Mi paseo matinal por la avenida de Anaga se va convirtiendo en una rutina que me permite reconocer a los viandantes habituales que van en dirección contraria a la mía. Está el joven alto, con aspecto de funcionario, que va a paso ligero inmerso en los sones que se provee con auriculares; las dos chicas que corren todas las mañanas, la señora de mediana edad y el pelo sin teñir que siempre me inspecciona desde sus ojillos redondos, el señor de la chapela que pasea y charla con la que debe ser su esposa...
También están los indigentes que a esa hora se desperezan en los bancos que hacen sus dormitorios.
En fin, que enseguida te das cuenta que son siempre las mismas personas a las mismas horas, aunque están también los desertores de la ruta, que suelen ser los inconstantes que hacen deporte una semana, pero luego se esfuman sin dejar rastro.
Tal vez la nota más curiosa la pongan los políticos, que, émulos de la moda de los presidentes norteamericanos, se suman al castigo corporal de la carrera, por lo que debe estar contrastado ya que el ejercicio no sólo ayuda a la buena salud, sino también a la recaudación electoral. Debe ser el único momento del día en que se suman a la cotidianidad ciudadana antes de volver a sus torres de marfil.

jueves, 25 de marzo de 2010

El tonto y la suegra

El amor es siempre compartido, generoso, caritativo. La pasión, siempre egoísta, tacaña, cruel. El que ama entrega, se entrega; el apasionado sólo quiere recibir y atesorar.
El amor es el tonto de las comedias, al que por mucho que todo parezca salirle mal por su falta de pragmatismo, el final siempre lo recompensa con la felicidad.
La pasión es la suegra de los chistes, la que ve en la nuera a una intrusa que le roba a su hijo, al que sólo quiere para sí, labrando lentamente la infelicidad de todos.

Sueños salvadores

Anoche fueron los sueños, muchos sueños, esa irrealidad cercana en la que nos reencontramos con los que están y los que no están, con los mundos idos o posibles, o se recrean los hechos con otras atmósferas, más inauditas, a veces más obsesivas. Y pienso que nuestro cuerpo no para nunca... hasta el final; no lo hacen los pulmones, el estómago, el corazón. Tampoco el cerebro, que nos narra historias contadas con personajes y escenarios preexistentes, como un grupo de teatro pobre que aprovecha el atrezo de la puesta en escena precedente.
Siempre se ha oido hablar sobre el significado de los sueños, sobre las interpretaciones que esta narrativa peculiar puede tener, pero lo cierto es que son historia de nosotros mismos creadas desde nuestra propia memoria. Un narrador que cuenta rebuscando en sus propios recuerdos para relatar una autobiografía verosímil, pero imposible, caleidoscópica, como un escritor preso de la paradoja o del oxímoron.
Anoche me encontré con dos de mis fantasmas y con una amiga de hace muchos años. Mis fantasmas intentaron mortificarme con sus viejos trucos de siempre, que ya no hacen daño. Con mi amiga me veía ahora mismo, en su ciudad, en medio de su cotidianidad, pero ella era la de hace veinticinco años y yo la persona que soy ahora. No hubo recreación física del personaje, se impuso tal vez la falta de imaginación o, al contrario, la imaginación nos impuso una presencia falsa, pero reconocible y querida. Fue un buen sueño y no el de los viejos fantasmas con sus manidos trucos, fantasmas montaraces, soberbios, incapaces de aprender de sus errores escénicos.
Y se me ocurre que los sueños, pues, son un soliloquio narcotizado que nos satisface o nos asusta, pero que nos salva de la continua realidad de nosotros mismo.

martes, 23 de marzo de 2010

Una buena idea

Ha llegado la voracidad de la luz, que no se conformará hasta el solsticio de verano, y me encuentro el día levantado, ya despierto, cuando llego al aparcamiento por las mañanas. Porque he cambiado el hábito de aparcar en la oficina, dejo el coche más lejos, y eso me da la oportunidad de empezar el día con un paseo por la avenida de Anaga, donde admiro el Sol que se alza, el perfil de los barcos surtos en el muelle, los deportistas madrugadores que hacen sus recorridos matinales al trote, en bicicleta, en patines... Y ese paseo me reconforta como un bálsamo tomado en ayunas para que alcance la plenitud de su efecto.
Cogerle el pulso a la vida primero para, luego, empezar con las obligadas rutinas es una buena idea.

lunes, 22 de marzo de 2010

Aviso a navegantes

Aviso a todos los navegantes de este blog que ayer inicié una colaboración con la edición de Canarias del diario nacional ABC, con una columna titulada "El peso del destino".

jueves, 18 de marzo de 2010

Sueño de mar

Cada cual tiene sus preocupaciones cotidianas, sus idas y venidas, tal vez algún problema que no le pemita conciliar el sueño. Pero el tiempo ya ha cambiado en estas ínsulas, la luz solar ilumina y calienta el día, los cielos están despejados. Es un gozo, tras meses enfundado en la ropa de abrigo o al cobijo del calefactor encendido.
A mi me gustaría convertir esta calidez en surcar el mar, izar velas y ponerme el timón para cortar el agua en medio del silencio y dejarme acompañar por las delfines, que saltan hacia proa. Mirar la cresta de las olas para confirmar la bonanza y observar el horizonte para verificar que se acercan los vientos, mientras el barco encuentra la escora sobre la que deslizar suavemente su cuerpo. Solo, sólo con la compañía del amor, hasta que al caer la tarde busque un fondeadero donde hechar el ancla y pueda tomar cualquier cosa con un vaso de buen vino. Luego, leer hasta caer rendido por el arrullo de las olas.

martes, 16 de marzo de 2010

Primavera junto al mar

El próximo sábado, sobre las 17:32 horas GMT, se producirá el equinoccio de primavera y, con este hecho astronómico, llega también el despertar de la vida, tras el duro invierno, y la pascua cristiana también. Esa misma noche cambiaremos los relojes al horario de verano.
Pero de los fenómenos asociados al equinoccio que más me gustan están las mareas vivas que la particular posición entre el Sol, la Luna y la Tierra producen, ocasionando grandes pleamares y bajamares.
Seguro que todos nos hemos percatado de que el campo comienza a florecer, que vuelven con intensidad el canto de los aves. Pero acerquémonos al mar este fin de semana para gozar desde otra perspectiva el renacer del planeta.

viernes, 12 de marzo de 2010

Soy un capullo

Soy un capullo. Y, como cualquier capullo, estoy en pleno y pausado proceso de metamorfosis. Eso tiene de bueno ser lo que soy.
Oigo voces del exterior, pero todo lo que oigo es incierto y demasiado enrevesado, como una madeja enrrollada en exceso de un hilo delicado, fácil de romper. ¡Y yo que creía que todo era tan sencillo como saber los gastos y los ingresos y de ahí obtener el saldo de las propias cuentas con la vida!
Pero no, la falta de cordura impone eludir el lenguaje limpio y verdadero de los números, refugiarse en la polisemia de las palabras y sus interpretaciones, bucear en el discurso de la ignorancia y la ocultación para que nada estropee nuestras propias calamidades.
Eso es lo que siento. Y, por eso, hoy es un día para el comedimiento, para el silencio, para escuchar la propia alma, para la contemplativa soledad. Esa es la naturaleza del capullo, que al final se romperá para dejar volar una hermosa mariposa que desaparecerá en el infinito.

PD: Que descanse en paz Miguel Delibes, que tantas horas felices nos hizo pasar.

jueves, 11 de marzo de 2010

Esperando al oculista

Ayer, por mera casualidad, me encontré con alguien que fue mi amigo hace muchos años, cuando era universitario, y del que no había vuelto a saber gran cosa ni tampoco me apetecía. Pero hablamos un buen rato en una sala de espera médica y me apercibí que los dos habíamos madurado mucho, que somos personas más sosegadas, menos pasionales y hasta más honestas con nosotros mismos y con los demás.
Comentamos de cómo nos había ido la vida, qué hacíamos, de nuestros hijos, de nuestros amigos y lugares comunes. Y nos despedimos cordialmente.
Me alegró verlo y comprobar que era la misma persona, que su vida ha tenido un hilo conductor que corrobora al individuo que conocí, que hace posible reconocerlo de manera coherente: su vida es su vida y, además, no puede ser otra; todos sus actos, en fin, lo confirman. Esta misma reflexión la trasladé a mi persona, a lo que ha sido mi vida durante todos estos años y también mi trayectoria vital me confirma a mí mismo. Creo que muy pocas cosas podían ser de otra forma sin renunciar a mi propia personalidad. Todo tiene unos márgenes de los que no podemos salir sin renegar de nosotros, pero sobre el que nos es posible bascular, tener opciones y determinación.
También me sorprendió una coincidencia: queremos a nuestros hijos, pero no acabamos de entender su forma de vida. Y no es una circunstancia particular, sino un hecho generacional. Nuestros hijos han crecido entre otras circunstancias, otros pesos históricos y sociales, y sus valores son otros respecto a los estudios, el trabajo, la familia, las relaciones personales... Somos dos resultados humanos distintos hasta el punto de que hay más comunidad ética, intelectual y conceptual entre ese amigo y yo que entre nosotros y nuestros hijos, a pesar del amor incondicional por los segundos.
Debo ir con más frecuencia al oculista, pues me confirmó la buena salud de mis miopes ojos y aprendí muchísimo mientras lo esperaba.

miércoles, 10 de marzo de 2010

De aquí y de allá

Comienza ya el buen tiempo en Canarias, mientras en otros lugares de España sufren las consecuencias de no poder resolver los problemas cotidianos porque a sus políticos sólo les interesa discutir el sexo y, sobre todo, la nacionalidad de los ángeles.
Hace un par de días pensaba sobre el mismo problema, pero aplicado a otro cuestión: 8 de Marzo, Día de la Mujer Trabajadora. Las mujeres ganan en España un 26 por ciento menos que los hombres y quieren que se les equipare; ese era el lema. Me parece que hay otras reivindicaciones con las que las mujeres (y los hombres) ganarían más: que se igualen los salarios españoles a la media europea porque si las mujeres ganan un 26 por ciento menos que los hombres en este país, esas mismas mujeres ganan el 50 por ciento menos que sus homologas europeas por el mismo trabajo.
Por estas cosas fuera de la lógica que soy capaz de entender, me rebelo más; ¡esas patrañas de los políticamente correcto! Pero soy incapaz de obviarlas, de decir que me dan igual, no puedo dejar de ocuparme y hasta de preocuparme por ellas.
A veces, confieso, me refugio en las paradojas a que dan lugar la vida pública para buscarle la chispa, lo divertido, a tanta mentira: ¿qué es un pro-Obama español? Un antinorteamericano de los de toda la vida (aunque, desde luego, también habrán pro-obamistas que no cumplan este requisito).
No obstante, tengo motivos de satisfacción más allá de vivir entre tantas contradicciones: ¡he conseguido terminar el material de mi primera novela! El trabajo no está concluido, queda perfilar y pulir ese material, pero he superado el pavor al texto largo, una especie de miedo escénico, un terror a no ser capaz de alcanzar, aunque sólo sea acariciar, una de las grandes ilusiones de mi vida. Aunque quede trabajo.
Aprovecho, por cierto, para dar las gracias a quienes han decidido incrementar la nómina de seguidores de este espacio porque uno se reconforta sabiendo que no está hablando solo.

viernes, 5 de marzo de 2010

El medio de lo banal

La televisión ha sido el gran medio de comunicación de la segunda mitad del siglo XX, aunque ahora es internet quien pone en cuestión su reinado: los últimos datos en España indican que se dedica más tiempo ya al segundo medio que al primero.
El gran secreto de la tele ha sido, desde el punto de vista instrumental, la imagen y, desde el punto de vista filosófico, la banalización con la excusa del entretenimiento. Los concursos, los reality, los programas rosas... son los que acaparan grandes audiencias junto al deporte.
Esta banalización alcanza también a los informativos, que no suelen resistirse a imágenes impactantes o contenidos frívolos de cualquier especie, a la par que esconden publicidad encubierta de industrias como el cine, la música o la moda.
Además, la publicidad ocupa ya más tiempo efectivo de emisión que la propia programación.
Pero debo concluir con una opinión: no creo que debamos culpar al medio de comunicación, pues tengo la impresión de que sus contenidos responden a lo que demanda la audiencia. En caso contrario, no se explica.
Por lo menos, no obstante, somos algo más afortunados con la desaparición de la publicidad en la televisión pública estatal. Ya se puede ver un telediario sin interrupciones para los anuncios.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Síntomas

Es un día hermoso que dan ganas de vivir, un día en el que sobreponerse al propio y acendrado escepticismo porque las nubes viajan ligeras por la luz diáfana de la mañana. Lo ves mientras desciendes por la autopista y compruebas la maravilla de esta benignidad. Pero enciendes la radio del coche y empieza el parloteo tertuliano a ensuciarlo todo, no más que conversaciones de café, sin ningún valor, que oyen millones de personas que van contruyendo un credo de medias verdades, mentiras y obviedades lanzadas a los cuatro vientos por los expertos en nada. Y cambias el dial y una de las emisoras abre su antena a la participación de los oyentes y es todo lo mismo: personas henchidas al lanzar sus obviedades y simplezas partidistas a la inmensidad del espacio radioeléctrico.
Pienso si se pueden hacer cestos con estos mimbres, pienso si el cesto podría aguantar el peso de tanta vulgaridad, pienso que nadie va a molestarse en comprobarlo porque estarán en la cháchara, en el parloteo, como un perpetuum mobile capaz de llevar una y otra vez a una sociedad hacia la gloria de la nada.
Mejor apagar la radio y recocijarme en el silencio mientras las blandas nubes en un limpio aire azul llenan mis ojos. El día es la paz que otorga mantener la radio apagada.
Tanta impertinencia debe ser síntoma de la propia decadencia.

lunes, 22 de febrero de 2010

Tierras del puerto bonito

Una semana en tierras de Portugal, Portu Cale, Puerto Bonito. Una tierra hermosa, llena de ríos, de estuarios, de barcazas echadas en el agua como perros al sol. La luz de Oporto por su avenida marítima, la belleza equilibrada de Viana do Castelo, las historias que cuenta el aire de Sintra, el cosmopolitismo de Lisboa, el señorío de Coimbra, el casco medieval de Guimaraes... Tenemos que aprender de Portugal la limpieza urbana y huir como posesos de sus conductores al volante. La televisión es el mismo bodrio de todas partes.
El paisanaje es gente verdaderamente cordial, abierta, dada con el visitante, apasionada con el dichoso fútbol, personas que no tienen nada que ocultar, que no viven cegadas por su cotidianidad ignorante del prójimo.
La patria literaria de Camoes y de Pessoa corre por la algarabía de sus calles, se desparrama entre su urbanismo con esa sonoridad rigurosa y nasal en la que se encuentra constantemente canarismos que terminarán por desaparecer bajo el peso de ese español estándar que imponen los medios audiovisuales. Magua, mojo, margullar, bubango, baña y así miles de términos que pertenecen al patrimonio lingüístico de una islas pobladas por ibéricos de todo punto cardinal que dio la espalda durante años a su hermana atlántica, Madeira, en otro tiempo escala obligada en la ruta hacia la Península.
¿Porqué no hay en Canarias un Instituto Camoes o una sociedad dedicada a los estudios luso-canarios?

miércoles, 3 de febrero de 2010

Temporal

Torrentes que lleva el mar, caldo de tierra en la bahía tras los rayos, la lluvia, el viento. Ahora hay un paisaje desolado, con los barrancos ahítos de escombros, las calles cubiertas de lodo, el asfalto agrietado como una piel enferma. La pendiente de la montaña no tiene compasión con los invasores que pueblan los barrancos, que niegan sus cauces y soliviantan su llanto con los obstáculos de la desconsideración. Llevamos diez años repitiendo la misma noticia, dejando vidas por el camino, ignorando después cada lección. Pero las laderas no tienen más misericordia que las aguas desbocadas, sus gargantas resecas aliviadas por el aluvión. Y el océano hace su difícil digestión, sobrealimentado por el caos.

lunes, 1 de febrero de 2010

Beneficios de la lluvia

Llueve como si fuera la última vez, entre una densa cortina de niebla que sólo deja ver el resplandor de los relámpagos. La gente, en la calle, no puede ni intentar siquiera seguir con su cotidianidad, se refugia en los soportales empapados por los chorros de los paraguas, incapaces hoy de cumplir su misión con eficacia. Se habla de las noticias de la radio, que si la que cae aquí no es nada porque en el Sur se están viniendo abajo muros y los imbornales son incapaces de desalojar el agua que se acumula en calles y aceras, que si en El Hierro se suspendieron las clases, que si el aeropuerto está o no cerrado.
Todos están de acuerdo: lo mejor es quedarse en casa, calentito, viendo llover por la ventana, a buen recaudo. Dos tristes turistas con pantalones cortos no entienden lo que los demás hablan, pero miran asombrados al infinito a cada destello inmenso y la señora se encoge de hombros, asustada, cada vez que el trueno se hace oír, como temiendo que el cielo se nos pueda venir encima. También hay acuerdo sobre otro asunto en la improvisada tertulia: este es el mes de nuestras lluvias y la tierra de labor quedará agradecida.
Cómo hace la tormenta que la gente no se ignore, que conviva hasta que escampe para volver, luego, a ser desconocidos. ¡Cuántos beneficios deja la lluvia!

martes, 26 de enero de 2010

Novelar

No deja de haber sufrimiento en la literatura. Sobre todo cuando se impone la extensión del texto lentamente, con un retardo concienzudo, atemorizando a quien intenta hilvanar una historia de larga dimensión, demorando el folio en su artesanía sintáctica, minimizando la acción con un propósito ajeno al autor, que fabula los hechos en su magnitud teórica, se bate con las palabras arañando su inmortalidad. Es una dura soledad para el neófito de la novela, que tiene que aprender a convivir con el tiempo sin pedir casi nada a cambio, entregando las horas como exvotos silenciosos ante el altar de la ficción. A cambio, como un reloj antiguo, ese tictac solitario de las teclas del ordenador va imprimiendo un ritmo entre personajes y trama, la arquitectura de un mundo posible, la geometría de una fabulación que alguna vez verán otros ojos y otras manos deshojarán como un calendario.

jueves, 21 de enero de 2010

Los espejos cóncavos

La caridad es un instinto espontáneo y hermoso que brota cuando vemos las imágenes de un niño haitiano que, apenas ser rescatado de los escombros, alza los brazos en señal de triunfo y alegría por haber sobrevivido a la debacle. Se nos sublima el corazón y se nos humedecen los ojos cuando contemplamos la victoria de la tierna vida sobre la cruel y primigenia adversidad. Pero se nos queda también la duda: es un plano de televisión que encarcela la realidad entre sus límites, que no nos deja ver más allá de la emoción primaria y puede que hasta haya un improvisado regidor que le esté indicando al entrañable y afortunado niño que alce los brazos y así conseguir esa escena para la dramatización universal de la desgracia. No, no es una exageración; se han visto escenas no cortadas en las que se oye y se ve al cámara azuzando a los presentes para que le griten asesino al supuesto autor de un crimen machista. Y otras tantas manipulaciones similares. Todo sea por el espectáculo y la audiencia, nada real va a estropear una buena noticia, las ópticas de los objetivos saben vestir los hechos antes de proyectar su imagen. Y así, como decía Max Estrella, los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el esperpento.

domingo, 17 de enero de 2010

Derroche de lujos

Un domingo precioso, con un sol que desmiente la estación, con una luz que se derrama hasta llenarlo todo con su calidez. Un día en que suena la guitarra, los ejercicios se suceden, poniendo los sonidos equilibrio en el aire, los tonos calculando la distancia entre la tensión y la distensión del universo, una guitarra pitagórica que arregla y rememora la música de George Harrison, la elegancia de sus composiciones, la armonía de su alma en la secuencia de arpegios de un instrumento acústico, natural, igual que el sol, que su luz, que su calidez.
La otra felicidad será más tarde, cuando entre en la cocina y la salazón se transforme en bacalao encebollado, en humilde cocina tradicional, también con sus ritmo dulce de pimiento y cebolla y con su estribillo picante por la guindilla. Porque en los platos también hay tonalidad y armonía y cada cocinero hace su arreglo también, su propia interpretación, para que las esferas celestes conserven su equilibrio transformadas en la paz de un espíritu.
Luego, caerá la tarde y vendrá el frío y también la oscuridad. Pero no importa, el hombre saciado de tantos lujos, de tanto derroche de vida, escuchará el batir de las acacias y, a veces, el ladrido de un perro querido que vigilará su sueño.

viernes, 15 de enero de 2010

La verdad del mar

El fin de semana es la puerta de entrada a la paz, al recogimiento, al hogar de los libros y la música; también al amor sosegado, sin prisas; a la esposa, a los hijos. Pero el mar me reclama lo suyo en su espejeante quietud de los últimos y cálidos días. Me incita a embriagarme de su brisa, a embelesar mis oídos con su arrullo, tal vez a envolver mi escasa sustancia en la fría inmensidad de la suya. El mar también es un amor, no sólo el líquido refrigerante de la canícula. Me impulsa el deseo esa vela desplegada al viento que veo ahora surcar la bahía propulsando, con su acompasado vaivén danzarín y una sensual escora, la anatomía de la libertad, que es la comprensión de nuestra justa insignificancia en medio del océano omnipotente. ¡Qué sutil lenguaje el de las olas, que nos susurran la magnitud humilde de lo que todo lo puede!

jueves, 14 de enero de 2010

La condición humana

Un día se transgrede la regla y se impone la excepción: el mar se rompió en Indonesia; el cielo, en Nueva Orleáns; la tierra, en Haití. Per secula seculorum. No se trata de ningún albur insondable, aunque tampoco de hechos absolutamente previsibles.
Algunos, después de estas tremendas desgracias, miran al cielo buscando una explicación, iracunda o resignadamente, como si la respuesta estuviera en el viento, que dijo Bob Dylan. Pero la clave no está en los celajes, sino en la pobreza; no en el azar, sino en la (in)cultura; no en el vudú, sino en la corrupción.
Y también se evidencia en la hora de la tragedia que la codicia y los propios intereses son el implacable motor de las personas, de las sociedades. Por eso, la generosa ayuda de los vecinos tiene un fin egoísta, que no es otro que impedir la estampida de los miserables, evitar la invasión de la miseria ajena.
Ahora es la hora de las ONG, de los nuevos samaritanos sin fronteras, pero también de los especuladores y del mercado negro. Cuando hay racionamiento siempre surge el estraperlo; cuando hay miseria, se crean nuevas fortunas. Es la condición humana, la que se nos oculta bajo el continuo perorar de los oradores globales, de la agitación y propaganda, de la mentira.

viernes, 8 de enero de 2010

Nieva en enero

La máxima periodística dice que la noticia no es que un perro muerda a un hombre, sino que un hombre muerda a un perro. Pero las noticias de la televisión insisten día a día: "Nieva en enero, nieva en enero". Grosería informativa lo evidente.

jueves, 7 de enero de 2010

Recrear lo amorfo

Recrear todo lo amorfo, darle cuerpo y textura, para que nada socave la vida. Todas esas cosas sin sustancia involucradas en nuestra existencia, que ocupan un lugar y un tiempo sin dejar ninguna huella, sin que tengan un propósito o éstos nos preocupen, son también la materia susceptible de nuevas figuraciones que pueblen nuestro paisaje.
Estar vivo es un tuétano nutricio que gotea su esencia sin que nosotros, en muchas ocasiones, bebamos ese néctar.
No dejemos que las horas pasen, que nuestro tiempo continúe su tic-tac impasible sin que recojamos su alimento de milagros, sus latidos prodigiosos, la verdad de todos los hechos que aclaran el aparente sinsentido de cada día; que explican lo que creímos aleatorio, pero esconde el asombro de su destino.

martes, 5 de enero de 2010

El viento

Los días amanecen con la convicción de ser luz a pesar del invierno y a media mañana está la tierra caldeada, ya sin huellas del rocío nocturno. El mar espejea, bonancible, su magnanimidad y corre una leve brisa que desdice la ventisca atroz del último atardecer. Porque la ira del aire es enemigo temible ante el que todo se humilla a su paso so pena de caer derrotado por ese extraño caballero que es su propia adarga y su propia montura. El viento que todo lo vuela, flagelador racheado que rola su azote para castigar los signos de la beatitud imposible; viento, sacramento de la inmisericordia.

sábado, 2 de enero de 2010

Parábola del pionero

La muerte lo extrañó de la casa del padre, pues sus hermanos querían la herencia en forma de dádivas, no conservar el amplio caudal de la memoria en cada árbol plantado, en cada surco cavado, en el perfume del rosal. De este modo, el jardín no tardó en volver a su fisonomía de erial sediento y la casa se ajó de esperar en vano el amor que la sostenía. Cercada e indefensa, la tierra tembló desde sus antiguos cimientos hasta herir su piel de argamasa y quebrar su corazón de piedra.
Por eso, prefirió olvidar la casa del padre, se convenció de que su eternidad era vivir en el venerado altar de los manes mientras él limpiaba los sentimientos corrompidos creando una nueva estirpe de la misma sangre, un nuevo hogar con el mismo impulso de otras manos, un nuevo jardín con la misma pericia del amor que riega en cascada las vidas familiares.
Pasó muchas jornadas en la sorda soledad de los pioneros, muchas estaciones lloró amargamente la ingratitud de los dioses, pero fue feroz como un legionario de fronteras protegiendo el dominio frondoso que le ofreció la tierra baldía. Y su vida floreció como los rosales de su memoria.
Anciano, su cuerpo lleno de cicatrices le traía recuerdos de lucha, de fragor, de torturas padecidas y batallas ganadas hasta que fue a ocupar su sitio, finalmente, junto a los manes, a la diestra de sus venerados padres, junto al fuego de una casa alzada sobre la integridad de unas manos fuertes y de una mirada limpia. Desde allí observó su obra y recordó el propósito ovidiano para la poesía: dulce y útil. Y las risas de unos niños impusieron la definitiva felicidad.

viernes, 1 de enero de 2010

Tienen el tiempo de su parte

Limitado a ser yo mismo, echo de menos haber sido muchos hombres: mujeriego, soldado, filósofo, empresario… ¡Para qué sólo vivir una vida!
Pero no hay posibilidad de más sin caer en el error de renunciar a la coherencia, a la unidad de la propia obra, a tener un significado, un contenido, un mensaje.
Si fuéramos polisémicos, nuestra existencia no sería comprendida, seríamos un galimatías, una serie alfanumérica; una llave que sólo sirve para abrir, nunca para cerrar.
Sin embargo, hay momentos en que pesa la monotonía como una montaña, en que nada sucede en nuestras vidas que no sea previsible. Y todo eso nos agota. Mas, es lo que nos hace verosímiles, lo que otorga a nuestra trama el valor radical de lo creíble: somos nosotros, unívocos, identificables, comprensibles y queridos.
¡Feliz año nuevo a todos los que son capaces de reconocerse a sí mismo porque ellos tienen el tiempo de su parte!