jueves, 28 de febrero de 2008

Con retraso, 1984 está llegando

Con retraso, 1984 está llegando. Me refiero a la fábula orwelliana en que la vida de los hombres, incluidos su pensamiento y su lenguaje, están controlados por el Gran Hermano.
La penúltima es que el gobierno del señor Rodríguez Zapatero quiere controlar la objeción de conciencia de los ginecólogos a la hora de negarse a practicar abortos. La objeción de conciencia sólo es argüible cuando a la izquierda le interesa: si es contra el servicio militar, contra alguna institución, contra el sistema. Si, en caso contrario, sirve para amparar a algún médico que piensa que la interrupción del embarazo no tiene sostén moral, pues no, la ley le obligará o se expondrá a sanciones.
La última es que quieren regular por ley eso que llaman la igualdad de sexos en el uso del lenguaje, lo que no puede calificarse más que como disparate, no ya por los filólogos, sino por cualquier persona sensata y no dogmática. ¡Quieren obligarnos a hablar de determinada manera, que todos hablemos a su manera! ¡Quieren imponer la neolengua orweliana!
El fascismo del siglo XXI es, sin duda, de izquierdas. A mí me da miedo.

martes, 26 de febrero de 2008

El debate y el periodismo español

No voy a entrar ni a salir sobre quién ganó o dejó de ganar el debate Zapatero-Rajoy. Que cada uno saque sus propias conclusiones y, por el bien de todos, gane las elecciones el mejor.
Pero sí quisiera dejar constancia de que la presión político-mediática es inconmensurable. Diría que hasta vergonzosamente insana. No había pasado un cuarto de hora del final del programa y ya habían encuestas sobre el ganador, que siempre coincidían, cómo iba a ser de otra manera, con la ideología del medio que encargó el sondeo. Los debates entre eso que llaman analistas políticos, igual. El programa 59 Segundos lo reflejaba perfectamente: Miguel Angel Rodríguez y Ernesto Ekaizer, por citar a dos de los tertulianos, estaban donde siempre. ¿Por qué no se presentan como militantes políticos y no como periodistas?
En fin, que el periodismo español sigue en el siglo XIX, en los medios ideológicos y partidistas, sectarios (salvo honrosas excepciones) y son un instrumento más de la agitación y propaganda de los partidos. Lejos de la modernidad, lo único que de verdad ha cambiado es la sutileza de que ya no llevan como cabecera nombres como El liberal, El socialista...

miércoles, 20 de febrero de 2008

Fascistas al grito de ¡fascistas!

Le ha pasado en la precampaña electoral a Dolors Nadal, María San Gil y Rosa Díez: grupos minoritarios de extremistas del nacionalismo o de la izquierda se dedican a reventar sus actos públicos en universidades con violencia rayana en la agresión, que sólo impiden los servicios de seguridad.
Estos enemigos declarados de la libertad de expresión y del pluralismos ejercen de fascistas al grito de ¡fascistas!, que lo es todo aquel que no piensa como ellos. Y el socialista José Blanco, no condenando la violencia, remite a que todo volverá a la paz después de las elecciones. Vaya, que no tiene prisa en que se respeten los derechos constitucionales de los que no piensan como él.
Esto recuerda cada vez más las cuadrillas que se dedicaban a faenas coercitivas y represivas en los albores de la guerra civil, que es lo que hacen algunos sectarios cuando quieren tomar el poder por los siglos de los siglos. Esperemos que ninguna de ellas vaya a casa del líder de la oposición, amparada en la noche, y le descerraje dos tiros, como así le sucedió a José Calvo Sotelo. ¿Será éste el único país occidental capaz de repetir su historia como si fuera un bucle infinito programado en su ordenador social?

viernes, 8 de febrero de 2008

Campeón mundial del asesinato

El pasado siglo XX fue uno de los más convulsos y crueles de la historia. La responsabilidad mayor, por los muertos que a ellas se deben, recaen en las ideologías totalitarias.
Eisenhower, al conocer la existencia de los campos de exterminio nazis, adquirió el compromiso de dar publicidad mundial a las atrocidades hitlerianas, al igual que Israel, por la razón obvia del holocausto judío. Y, así, el nazismo es el paradigma del totalitarismo asesino y genocida.
Esta condición de paradigma no es sólo consecuencia, en cualquier caso, de la propaganda que se le ha hecho al nazismo, sino de lo que se ha silenciado respecto de otra ideología, el comunismo, que tantos cómplices activos y pasivos ha tenido y tiene.
Para que tal situación quede clara, éste es el ranking mundial de los asesinos de masas por razones ideológicas:

1.- Mao Zedong.
2.- José Stalin.
3.- Adolfo Hitler.
4.- Pol Pot

Queda claro quiénes son los campeones mundiales del asesinato de todos los tiempos.

miércoles, 6 de febrero de 2008

Los debates como reality show

Pues no con mucho esfuerzo, la RTVE lo ha conseguido: ha logrado que los debates electorales entre los principales candidatos dejen de ser una cosa seria (faltaba más) para convertirlos en reality shows destinados a ganar audiencia e ingresos publicitarios, que para eso es una televisión de servicio público. Sólo tiene que esforzarse en ser original con su exposición y puesta en escena, grabarlo en vídeo y subirlo a you tube para que la televidencia soberana elija los que se verán en el debate Zapatero-Rajoy. Y tendrá así usted al alcance de su mano los segundos de gloria que auguró Andy Wharhol para todos en la era telemediática.
El logro más importante para RTVE sería consiguir un número mayor de participantes en la elección de los vídeos que votantes en los comicios generales de marzo. Ojo al dato.

lunes, 4 de febrero de 2008

Militancias

Las militancias, las tomas de partido, ¿nos coartan la libertad? Parece necesario, incluso esencial para la vida de las personas, los agrupamientos por intereses comunes. Siempre ha sido así. Pero cuando una persona abraza una causa, de cualquier índole, inmediatamente surgen un "nosotros" y un "los otros", una diferenciación que establece fronteras entre personas.
Esos límites grupales adquieren inflexibilidad sobre todo cuando atañen a la política y la religión, también a los negocios, cómo no. Entonces "los otros" son enemigos a batir, cuando no a eliminar o exterminar, si se tiene el convencimiento de que la propia opinión es la única verdadera o válida. Este sería el caso más extremo de militancia.
No obstante, en los casos menos extremistas también se quiere la extensión y la prevalencia de las propias creencias en detrimento de las ajenas.
En ambos casos, no obstante, se quiere que "nosotros" tengamos éxito frente a "los otros", lo que nos lleva a anteponer los logros grupales por encima de los generales. Los partidos, por ejemplo, que concurren a las elecciones quieren ganarlas y constituir gobierno. Desde luego, tienen su proyecto político, pero está en juego el éxito de esas personas, de ese grupo, de sus intereses, al igual que no pueden evitar el sentimiento (digo sentimiento) de fracaso y de incompresión social cuando sus objetivos mínimos no se cumplen. Hay algo más que fundamentos racionales en las militancias.
Las sociedades abiertas, las democracias, pretenden regular y hacer posible la convivencia entre todos esos grupos religiosos, políticos, sociales...
Pero la extensión de los recursos del Estado y de sus apoyaturas en los medios de comunicación propician que, al final, quien los maneje obtenga una ventaja a la hora de controlar y fiscalizar a "los otros" a través de leyes, normas, opiniones... que están destinadas a la coerción del pensamiento y de la libertad.