lunes, 28 de julio de 2008

Síndrome de inmersión

Aunque, al borde mismo de las vacaciones, el ritmo de escritura desciende, no quiero dejar de comentar que el portal de Terra de hoy mismito tiene una noticia en la que se afirma que un señor falleció por síndrome de inmersión en una playa murciana.
La verdad es que tiene su gracia lo de síndrome de inmersión, ¿será que se ahogó el pobre hombre? Hay que ver el nivelazo que gastas algunos profesionales del periodismo.

lunes, 21 de julio de 2008

En el principio fue el blues

Este fin de semana pasado lo he dedicado a los clásicos del blues, especialmente a oír una grabación de T-Bone Walker. He reflexionado sobre el hecho de que mis preferencias están condicionadas por esta forma musical de los negros norteamericanos y de las demás que de ella devienen: el jazz, el rock, términos usados aquí de manera genérica y en su sentido más amplio.
En lo personal, entiendo que esta concepción de la música supera a la tradición occidental clásica, cuyo fundamento es la tonalidad diatónica basada en las tríadas mayores. La música negra la supera con las notas de color de las cuatríadas.
Sociológicamente, además, hay que considerar su capacidad para conectar con el gran público a través del swing y el groove, con el ritmo como ese gran motor que ayuda a la catarsis a través del movimiento, del baile.
Este valor se convierte en universal cuando se asocia a la gran revolución cultural de los años 60 (cuyo epicentro estuvo en California y no en París), en que la ética en los países capitalistas se transforma, reconvirtiendo el modo de vida tradicional en otro más libre y más flexible, menos atado a los convencionalismos burgueses.
Es un momento de gran esplendor para la música moderna, que finalmente se acoge a las maneras del blues, asociada a los nombres de Janis Joplin, Hendrix, Doors, Eric Clapton, Led Zeppelin..., aunque el sistema y su industria musical saben también fagocitarla hasta convertirla en pop, un estilo menos complejo y más popular que transforma a grandes grupos como los Beatles en fenómenos de masas.
En España este proceso fue más lento por el franquismo, que postergó esta gran revolución cultural, que musicalmente no dio resultados de calidad hasta el inicio de los 80 con la famosa y manida movida. La tal movida no fue otra cosa que la primera generación de músicos inmersos durante toda su vida en la nueva cultura y que realmente sabían tocar sobre las nuevas pautas. Todo lo anterior fueron intentos más o menos aislados, más o menos honestos, más o menos fallidos.
Hoy la música sigue reinando como el arte más popular, el arte al que todo el mundo accede, más allá de condicionantes sociales o culturales, aunque también se exalten tendencias y piezas de dudoso gusto, sobre la hegemonía de las pautas musicales que nos trajeron los negros norteamericanos. Pero, tal vez, el fenómeno más curioso es que si, primero, los métodos de grabación hicieron posible que se pudiera oír música sin que los músicos estuvieran in situ, hoy el desarrollo tecnológico permite hacer música hasta sin músicos. Queda saber hasta dónde se puede llegar.

viernes, 11 de julio de 2008

Otro problema con la lengua

Otro de los grandes problemas que tiene el español en los tiempos presentes es la gran influencia que tiene la televisión sobre los hábitos sociales. Y nos encontramos que, en los presentadores, en el doblaje de las películas y en la publicidad, la locución está salpicada de laísmos, loísmos, leísmos, dequeismos, anglicismos, galicismos y todo lo que pueda terminar en ismo.
Que la tele (también los otros medios, pero sobre todo la tele) no cuide el buen uso de nuestra lengua lo que promueve es que el público dé por sancionadas todas estas incorrecciones y se extienda su uso.

jueves, 10 de julio de 2008

Hasta la insensatez

Me enteraba ayer por un medio de comunicación de la queja que realizaba una señora de Cataluña, que afirmaba que en el colegio habían obligado a su hija a leer el Quijote en una traducción al catalán.
Este tipo de cosas no merecen ni comentario, pues la insensatez es evidente.

miércoles, 9 de julio de 2008

El politiqueo

El politiqueo lo emborrona todo en este país. Es como la sal, que impide que nada florezca. Ayer mismo oída una tertulia de un medio conservador sobre la energía nuclear y para ilustrarnos llevaban al alcalde del PP de uno de los pueblos cercanos a una central extremeña. El hombre maneja información, pero no la suficiente, aunque la razón de estar allí era promocionarle como futuro líder regional de su partido.
Lo que no puedo entender es por qué no se acometen debates serios, máxime en un asunto tan lastrado por los prejuicios y las falsedades. ¿Por qué el programa no llevó a un verdadero especialista en el tema, a un miembro del Consejo de Seguridad Nuclear, por ejemplo?
Pero eso no es ninguna excepción en España. Es habitual tener una posición política sobre lo que no se sabe, arengar sobre lo que no se conoce. Eso forma parte de nuestra vida ordinaria. ¿Por qué no nos informamos más y mejor? Seguramente porque eso exige un esfuerzo y también porque a nadie le interesa la verdad si ésta lo desvía de sus propósitos.

martes, 8 de julio de 2008

La igualdad y la lengua

España es una nación que tiene entre sus riquezas la diversidad de lenguas vernáculas y eso lo recoge la Constitución, dando al gallego, al catalán y al vasco la condición de cooficiales junto con el español, al que, no obstante, la Carta Magna otorga la condición de idioma común que todo ciudadano debe conocer y puede usar.
Pero las políticas lingüísticas impuesta por los separatistas en Cataluña y Vascongadas no sólo establecen la marginación cada vez más acentuada de la lengua común a 300 millones de hablantes, sino que generan una nueva desigualdad de los españoles ante la ley: mientras cualquier ciudadano no catalán o no vasco tiene por misión imposible acceder a la función pública en estas comunidades autónomas, por no ser usuarios de las respectivas lenguas, los vascos y catalanes pueden acceder a los mismos puestos en las restantes comunidades autónomas.
Y no queda ahí esa desigualdad, pues los efectos que adquiere son los de una auténtica limpieza étnica: todo el que no hable vasco o catalán es español, que es peor que ser turco. Y, si no, que se lo pregunten a Puigcercós.

lunes, 7 de julio de 2008

Rancio discurso

Mientras el aparato del PP imponía sus condiciones a su filial catalana en un alarde de lo que no es la democracia interna, ZP clausuraba el congreso socialista con un discurso rancio e insostenible en que el recurría a eso tan manido de que a la derecha no le importa la crisis porque ellos siguen viviendo bien.
¿Qué quiere decir?, ¿que él va a pasarlo mal? Desde luego, en su currículum no figura que sea linotipista, como Pablo Iglesias. Lo que consta es que es un político profesional al que tampoco le afectan las recesiones en sus ingresos.
Vender obrerismo y lucha de clases un señor que toda la vida ha hecho trabajo de cuello blanco y política de salón es una muestra más de cómo las palabras pretenden lo imposible: contradecir los hechos.

viernes, 4 de julio de 2008

Impuestos y clase media

Los últimos datos, según he podido oír, prueban que las clases medias españolas se empobrecen. No es de extrañar con la importante recesión que vivimos. Sin embargo, también conviene dejar claro el abuso impositivo en el que viven los españoles: entre las deducciones por IRPF, Seguridad Social, desempleo, el IBI, los impuestos sobre la energía, sobre la circulación de vehículos, los impuestos indirectos sobre el consumo y un largo etcétera, no puede caber duda de que cualquier casa de familia se deja más de un 40 por ciento (y poco me parece) de sus ingresos en las arcas públicas.
No es de extrañar, pues, no sólo que las familias españolas vean anulada su capacidad de ahorro, muy inferior a la alemana, por ejemplo, sino que simple y llanamente vean mermados sus ingresos de forma continuada, año tras años, en un país donde el salario mínimo interprofesional es la mitad, también, del alemán.

martes, 1 de julio de 2008

El suertudo se quita el gafe

La última sobre el culebrón de ZP y los que le dicen que es un gafe tuvo lugar tras la victoria española en la Eurocopa. El hombre se quejaba, con razón, de que le quisieran colocar ese sambenito y para contrarrestar esto decía que siempre había tenido mucha suerte en la vida.
Personalmente, la explicación me parece desafortunada, pues recurrir a esos argumentos, tanto en lo positivo como en lo negativo, parece que fomenta más la ignorancia y la supertición que el buen juicio y el sentido común. Por ejemplo, ZP ganó las elecciones por buena suerte y Rajoy las perdió por mala suerte; nada que ver con que la gestión realizada encontrara refrendo entre los ciudadanos. Ya decía el sabio que, cuando el hombre no conoce, explica las cosas sobre la casualidad y, cuando las conoce, sobre la causalidad.