La última sobre el culebrón de ZP y los que le dicen que es un gafe tuvo lugar tras la victoria española en la Eurocopa. El hombre se quejaba, con razón, de que le quisieran colocar ese sambenito y para contrarrestar esto decía que siempre había tenido mucha suerte en la vida.
Personalmente, la explicación me parece desafortunada, pues recurrir a esos argumentos, tanto en lo positivo como en lo negativo, parece que fomenta más la ignorancia y la supertición que el buen juicio y el sentido común. Por ejemplo, ZP ganó las elecciones por buena suerte y Rajoy las perdió por mala suerte; nada que ver con que la gestión realizada encontrara refrendo entre los ciudadanos. Ya decía el sabio que, cuando el hombre no conoce, explica las cosas sobre la casualidad y, cuando las conoce, sobre la causalidad.
martes, 1 de julio de 2008
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