miércoles, 21 de diciembre de 2011

Buen augurio

Mientras los medios de comunicación se dedican hoy a las quinielas de ministrables y mañana se dedicarán a la lotería de Navidad, convirtiendo en azar o frivolidad nuestras vidas, el presidente Rajoy cumple con el fondo y la forma acotando esa voracidad trivial en la que hemos caído los periodistas con la famosa instantaneidad de los nuevos medios. Me da confianza que el flamante presidente evite ser cómplice de ese vodevil de mensajes que bailan de aquí para allá, tengan o no sentido. Me alegra que sea él el que se imponga ante esa demanda de carpantas que es la información continua que nos ha traído el siglo XXI. Me parece un buen augurio para todos frente a la exigencia de telegenia, de eslóganes publicitarios, de que la gestión pública quiera ser convertida en mero márketin de producto de supermercado.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

La estampida

El frío invernal hace resentirse la espalda e irrita la garganta, pero se oyen piafar a los caballos, que emprenden la estampida hacia los pobres pastos de los valles inhóspitos. Tras de sí dejan un erial anegado por el barro y las heces que los tiempos cálidos hicieron descomponerse en sus estómagos insaciables mientras el resto de la fauna languidecía por su voracidad ignorante y su impostura.
Las bestias se alejan hacia el olvido, se oye el resoplar del viento lejano, se siente la gelidez que nos enferma, se presagia la desventura de una mayor pobreza que será la paradoja de una Nochebuena. Ellas retozarán en pie, siempre erguidas sobre sus opulentas mentiras.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Lavadora de textos

Los alrededores de los centros comerciales eran ayer un atasco, lo que me hace suponer que estarían a reventar en estos famosos tiempos de crisis y me preguntaba por qué todas esas personas no van a pasear al campo o la playa, a disfrutar del sol y el aire puro, en lugar de encerrarse entre cuatro inmensas paredes abarrotadas de gente para ver con fluorescentes y respirar aire acondicionado.
Al fin, cuando llegué a casa, de noche, me senté un rato a ver la televisión y veía el último anuncio de Movistar... el último anuncio de Movistar... Movistar... Movistar... hasta que me quedé  dormido de tanto ímpetu democrático de unos pretendidos clientes reunidos una y otra vez para decidir las tarifas de telefonía. La democracia ha llegado a los mercados, Dios nos coja confesados.
Al poco recobré la conciencia y me metí en la cama con Lavadora de textos, un libro del periodista y corrector Ramón Alemán sobre dudas, soluciones y opiniones para el buen escribir. Sencillo, amenamente escrito y jaspeado de chispas de humor que es una entrenidísima lectura para todos los enamorados de la lengua. Lo recomiendo, igual que su blog de igual nombre