El Estado no debe usurpar las funciones de la familia

De la misma manera que pienso que las creencias religiosas deben estar en el ámbito privado, que no escondidas, creo que la educación en valores de los hijos es una potestad que tenemos los padres.
Por eso no me gusta nada que el Estado se entrometa en mi vida educando a mis hijos sobre ética o la forma de entender el mundo, lo mismo que creo que las clases de religión no tienen por qué estar financiadas con dinero público. Esas son cuestiones sólo atribuibles a los padres, sin que el Estado tenga que entrometerse favoreciendo este o aquel ideario.
Ese tipo de cosas, aunque no me tocó padecerlas, ya las hizo Franco con aquella asignatura de formación del espíritu nacional. Ahora, con el ladino nombre de Educación para la Ciudadanía también nos quieren adoctrinar.
El Estado lo que tiene que hacer es asegurar la calidad académica en matemáticas, en lengua, en física..., tener una formación profesional que verdaderamente sirva para algo y dejar que la familia cumpla con la responsabilidad que le corresponde. El católico, el judío, el liberal, el socialista tienen derecho a educar a sus hijos según sus propios criterios y el Estado no debe usurpar las funciones de la familia.

Amelia habló desde Gaza

Después de la última incursión militar de Israel en Gaza, me preguntaba:
¿No sería mejor para los palestinos destinar la numerosa ayuda internacional que reciben a crear un territorio económicamente productivo y generar riqueza social, en vez de destinarlo a armamentos, a mantener guerrilleros, a potenciar el mercado negro y la corrupción?
¿No sería mejor gastar mucho en la educación y cualificación de sus hijos para construir ese desarrollo y darles un futuro que en adoctrinarlos para que salgan a enfrentarse a pedradas contra soldados profesionales?
¿No tendrían más oportunidades de alcanzar sus aspiraciones demostrando al mundo que son una fuerza constructiva y fiable capaz de contribuir a dar estabilidad a una de las zonas más calientes del planeta?
Todas estas preguntas, y algunas más, me las contestó esta misma mañana Amelia, una española que lleva casi treinta años residiendo en Gaza, en unas declaraciones en RNE. Dijo que está harta de que Hamas esté manipulando y sometiendo a la población y de que sólo pretendan que hagan lo que ellos dicen. Que lo que quiere es vivir en paz.

Obama y las ironías del lenguaje

Mientras veía la espectacular toma de posesión de Obama, se me ocurrieron dos ideas no por peregrinas menos irónicas.
La primera de ellas es que no es el primer presidente negro de EEUU, sino el primero mestizo. En este caso, mulato; mitad negro y mitad blanco. Determinar que los mulatos son negros, quedarse sólo con su mitad negra, no es más que un residuo racista de los blancos puramente blancos.
La otra es sobre ese eufemismo de moda que lo califica de afroamericano. Efectivamente, en su caso es así: el primer presidente afroamericano. Su padre era africano y su madre, americana.

El día grande de la obamamanía

Barack Obama toma posesión hoy de la presidencia de los EEUU. Seguro que un día feliz para él y su familia, para todos los estadounidenses y, a lo que parece, para el mundo entero, entusiasmado por el carisma de este hombre que tiene el privilegio de ser el primer no blanco que llega a la más alta magistratura de la primera potencia mundial.
Desde luego, no me sorprende que el presidente Zapatero también esté feliz hoy ante la idea de que se enmienda uno de sus mayores errores, que ha sido las malas relaciones con EEUU desde su llegada al poder.
Pero, deseándole sinceramente lo mejor a Obama en estos tiempos tan difíciles, me sorprende tanta esperanza universal depositada en un hombre, esa idea de que el 44º presidente norteamericano es un ungido que va a redimir al mundo de todos sus males. Me parece de una ingenuidad extraordinaria olvidar que tras él está toda la publicidad y el marketing político del que sus asesores han sido capaces, que la política es cada vez más un espectáculo mediático lastrado por las puestas en escena, por el disfraz, que no hay quien pueda contra los intereses económicos, los verdaderos rectores de todo el planeta.
Al final, nada nuevo habrá bajo el sol. ¿O es que hay alguien que de verdad crea que Obama va a modificar el curso de la historia?

La roca

Les recomiendo vivamente la lectura de La roca, de Wallace Stevens, editada hace unos meses en español por Lumen. Un libro precioso, el último de su autor, de espíritu invernal, postrero, donde se ahonda en el pasado y un ya desvencijado y frío presente.