martes, 20 de enero de 2009

El día grande de la obamamanía

Barack Obama toma posesión hoy de la presidencia de los EEUU. Seguro que un día feliz para él y su familia, para todos los estadounidenses y, a lo que parece, para el mundo entero, entusiasmado por el carisma de este hombre que tiene el privilegio de ser el primer no blanco que llega a la más alta magistratura de la primera potencia mundial.
Desde luego, no me sorprende que el presidente Zapatero también esté feliz hoy ante la idea de que se enmienda uno de sus mayores errores, que ha sido las malas relaciones con EEUU desde su llegada al poder.
Pero, deseándole sinceramente lo mejor a Obama en estos tiempos tan difíciles, me sorprende tanta esperanza universal depositada en un hombre, esa idea de que el 44º presidente norteamericano es un ungido que va a redimir al mundo de todos sus males. Me parece de una ingenuidad extraordinaria olvidar que tras él está toda la publicidad y el marketing político del que sus asesores han sido capaces, que la política es cada vez más un espectáculo mediático lastrado por las puestas en escena, por el disfraz, que no hay quien pueda contra los intereses económicos, los verdaderos rectores de todo el planeta.
Al final, nada nuevo habrá bajo el sol. ¿O es que hay alguien que de verdad crea que Obama va a modificar el curso de la historia?

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