Otro de los grandes problemas que tiene el español en los tiempos presentes es la gran influencia que tiene la televisión sobre los hábitos sociales. Y nos encontramos que, en los presentadores, en el doblaje de las películas y en la publicidad, la locución está salpicada de laísmos, loísmos, leísmos, dequeismos, anglicismos, galicismos y todo lo que pueda terminar en ismo.
Que la tele (también los otros medios, pero sobre todo la tele) no cuide el buen uso de nuestra lengua lo que promueve es que el público dé por sancionadas todas estas incorrecciones y se extienda su uso.
viernes, 11 de julio de 2008
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