lunes, 1 de febrero de 2010

Beneficios de la lluvia

Llueve como si fuera la última vez, entre una densa cortina de niebla que sólo deja ver el resplandor de los relámpagos. La gente, en la calle, no puede ni intentar siquiera seguir con su cotidianidad, se refugia en los soportales empapados por los chorros de los paraguas, incapaces hoy de cumplir su misión con eficacia. Se habla de las noticias de la radio, que si la que cae aquí no es nada porque en el Sur se están viniendo abajo muros y los imbornales son incapaces de desalojar el agua que se acumula en calles y aceras, que si en El Hierro se suspendieron las clases, que si el aeropuerto está o no cerrado.
Todos están de acuerdo: lo mejor es quedarse en casa, calentito, viendo llover por la ventana, a buen recaudo. Dos tristes turistas con pantalones cortos no entienden lo que los demás hablan, pero miran asombrados al infinito a cada destello inmenso y la señora se encoge de hombros, asustada, cada vez que el trueno se hace oír, como temiendo que el cielo se nos pueda venir encima. También hay acuerdo sobre otro asunto en la improvisada tertulia: este es el mes de nuestras lluvias y la tierra de labor quedará agradecida.
Cómo hace la tormenta que la gente no se ignore, que conviva hasta que escampe para volver, luego, a ser desconocidos. ¡Cuántos beneficios deja la lluvia!

1 comentario:

Ana dijo...

No falla, empieza el carnaval, empiezan las lluvias...Aquí en la isla de enfrente también llegó la tormenta, a las 5 de la mañana de ayer, con sus relámpagos, truenos...que me hicieron recordar la batalla de las árdenas, salvando las distancias, y espero que se haya salvado el tan costoso escenario de la gala del carnaval, me voy a seguir lidiando mi propia guerra...