jueves, 7 de enero de 2010

Recrear lo amorfo

Recrear todo lo amorfo, darle cuerpo y textura, para que nada socave la vida. Todas esas cosas sin sustancia involucradas en nuestra existencia, que ocupan un lugar y un tiempo sin dejar ninguna huella, sin que tengan un propósito o éstos nos preocupen, son también la materia susceptible de nuevas figuraciones que pueblen nuestro paisaje.
Estar vivo es un tuétano nutricio que gotea su esencia sin que nosotros, en muchas ocasiones, bebamos ese néctar.
No dejemos que las horas pasen, que nuestro tiempo continúe su tic-tac impasible sin que recojamos su alimento de milagros, sus latidos prodigiosos, la verdad de todos los hechos que aclaran el aparente sinsentido de cada día; que explican lo que creímos aleatorio, pero esconde el asombro de su destino.

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