La televisión ha sido el gran medio de comunicación de la segunda mitad del siglo XX, aunque ahora es internet quien pone en cuestión su reinado: los últimos datos en España indican que se dedica más tiempo ya al segundo medio que al primero.
El gran secreto de la tele ha sido, desde el punto de vista instrumental, la imagen y, desde el punto de vista filosófico, la banalización con la excusa del entretenimiento. Los concursos, los reality, los programas rosas... son los que acaparan grandes audiencias junto al deporte.
Esta banalización alcanza también a los informativos, que no suelen resistirse a imágenes impactantes o contenidos frívolos de cualquier especie, a la par que esconden publicidad encubierta de industrias como el cine, la música o la moda.
Además, la publicidad ocupa ya más tiempo efectivo de emisión que la propia programación.
Pero debo concluir con una opinión: no creo que debamos culpar al medio de comunicación, pues tengo la impresión de que sus contenidos responden a lo que demanda la audiencia. En caso contrario, no se explica.
Por lo menos, no obstante, somos algo más afortunados con la desaparición de la publicidad en la televisión pública estatal. Ya se puede ver un telediario sin interrupciones para los anuncios.
viernes, 5 de marzo de 2010
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