lunes, 11 de septiembre de 2023

Por imperativo legal

 

 

Nietzsche anunció la muerte de Dios y su consecuencia inmediata, el nihilismo. Porque mientras Dios estuvo vivo en la conciencia colectiva toda injusticia tenía una represalia divina y con la desacralización social, por el contrario, sólo se teme la pena carcelaria o monetaria u otra forma de deshonra civil, que puede importar mucho o poco, según quien. Es lo que diferencia jurar, cuyo incumplimiento te pone en deuda con la divinidad, de prometer, que sólo compromete a la conciencia privada.

Caso excepcional es la promesa hecha con la fórmula por imperativo legal cuando se hace para tomar posesión de un cargo o una representación pública. Lo único que se afirma es lisa y llanamente “estoy mintiendo” y nada bueno se puede esperar de quien asegura de sí mismo que es un falsario.

 

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