jueves, 7 de septiembre de 2023

El Rey tiene la llave de la espita

 

 

Tengo la convicción de que la sacrosanta Constitución española de 1978 está a punto del colapso. El marco jurídico que ha creado es la soga en la que terminará balanceándose. El hecho de que los dos partidos independentistas catalanes, por detrás en votos de los partidos estatales en su propia región en las últimas elecciones generales, puedan tener en sus manos la gobernabilidad de España habla por sí mismo del pandemonio al que nuestra sociedad está sometida.

Pero nada de esto es nuevo. Salvo con la dirección de Felipe González, el PSOE siempre ha sido la bomba incendiaria de la vida española, lo que queda patente para quien conozca la historia de este país. Y el detonador, como durante la II República, fue el independentismo catalán.

Por de pronto, ambos se han conjurado para convertir nuestras Cortes Generales en una torre de Babel con traducción simultánea para un conjunto de señores todos ellos hispanohablantes. No tiene un pase por ridículo, lo mismo que el reconocimiento de la cooficialidad de las lenguas regionales en sus respectivos ámbitos se ha reconvertido en un instrumento de desigualdad entre los españoles y la gestión autonómica del sistema educativo ha devenido en un instrumento para el adoctrinamiento separatista.

El conjunto de todo este batiburrillo entre socialistas, comunistas, independentistas regionales y ex terroristas, no me cabe duda, tiene en común el propósito de derrocar a la monarquía y el objetivo de convertir a la nación en una confederación asimétrica que cercene la igualdad ante la ley de todos los españoles. No otro es el objeto de deseo.

Pero ellos, todos juntos, sólo son la mitad de España, mientras la otra mitad permanece mayoritariamente silente. Hasta que la bomba incendiaria reviente otra vez y el jefe del Estado abra la espita de la aplicación del artículo 8 de esa Constitución que nos ha traído hasta aquí. Sólo el Rey tiene esa llave para desalojar tanto gas antidemocrático. Y estaría en la obligación de hacerlo.

 

 

 

 

 

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