sábado, 2 de septiembre de 2023

Nihil novum sub sole

 

Aunque pueda parecer paradójico, el capitalismo, sistema económico que tantos enemigos ha tenido, se ha impuesto en todo el planeta. Las sociedades, escasas, que le dan la espalda no son prósperas. Por contra, lo que no se ha universalizado es el sistema democrático.

La democracia representativa surge de una evolución cultural milenaria conformada por la filosofía y el cristianismo de la cuenca mediterránea y termina expandiéndose por toda Europa Occidental y América del Norte cuando ese proceso histórico fragua en el Siglo de las Luces, estableciéndose un nuevo punto de arranque histórico exclusivo de esa cultura, con todas sus virtudes y miserias.

Por lo tanto, es una forma política ajena para países orientales, incluidos los europeos, o musulmanes, englobando numéricamente a la mayoría de la humanidad. Nótese, por ejemplo, que Rusia es históricamente una nación imperialista que nunca ha conocido la democracia liberal. Igualmente, el gigante, por todos los conceptos, chino. Lo mismo da con qué título se presente el zar o el emperador.

Caso aparte representan los países africanos o latino-americanos. Sociedades o Estados fallidos las más de las veces. Por eso conforman el grueso de los movimientos migratorios debido la inestabilidad o la pobreza, aunque mayoritariamente por ambas cosas a la vez. Sabemos que la vida humana vale poco en esos lugares.

Pero las contradicciones vuelven a agudizarse otra vez para estos últimos países por la reedición de la guerra fría entre Occidente (la OTAN ha demostrado que su papel de gendarme mundial ha fracasado en Irak, Afganistán o Siria; veremos qué pasa con Ucrania), de un lado, y Rusia y China de otro. Y vemos cómo resurgen los golpes de Estado lo mismo en Gabón que en Guatemala.

Puede colegirse, así, que los desastres sociales tienen que ver más con los sistemas políticos que con el sistema económico.

En cualquier caso, nihil novum sub sole.


 

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