domingo, 17 de septiembre de 2023

Cosas mías

 

 

Ayer me entretuve un rato viendo la serie El mundo en llamas y me vinieron a la cabeza dos ideas que me rondan desde hace tiempo. Una es cómo EEUU, en sus películas de propaganda, se pone en el centro del triunfo sobre los nazis en la II Guerra Mundial, magnificando la tecnología y el poderío militar germano a su mayor gloria y obviando que fueron los soviéticos los que pusieron los muertos a granel en ese conflicto: 18 millones frente a los 298.000 estadounidenses. El chovinismo llega hasta los detalles más insignificantes en la serie, lo que no deja de ser habitual, pues se ofrecen unos caramelos a una niña con el reclamo de que son norteamericanos, nada menos: una ambrosía divina si es made in USA. Y eso que la serie, paradójicamente, es británica. Una prueba de cómo ha calado el mensaje.

Lo cierto es que no pocos historiadores señalan, por contra, que la infantería germana, en el frente del Este, no disponía de transporte, más allá de algunos camiones y mulas de carga, y sus tropas hicieron miles de kilómetros a pie. Este es un elemento esencial que contribuyó a su derrota en Rusia: dificultades de movilidad en un frente extensísimo. Por citar un ejemplo, la española División Azul tuvo que andar unos 900 kilómetros para llegar a las posiciones definitivamente asignadas. Es sólo un botón de muestra.

El otro asunto que me ronda es la práctica de la eugenesia por los nazis, que también se subraya en la serie y con razón. A veces me pregunto si no se estará usando también hoy en nuestras propias sociedades. Si fuera así, tendríamos una grave reflexión ética por delante.

En fin, cosas mías.

 

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