lunes, 16 de junio de 2008

Point Black, sin puntos negros

Reproduzco mi crítica al concierto del Santa Blues del viernes último, que se publicó ayer en La Gaceta de Canarias:




SANTA BLUES

Sin puntos negros



Point Black subió al escenario a ultimar sus aperos y más parecían seis puntos filipinos que gente de punta en blanco. Maduros con pinta muy outsider y tal. Pero, apenas arrancaron, descubrimos un grupo de primera fila en el que destacaban dos excelentes guitarristas y una magnífica voz masculina propia del hard rock. Y esa es la seña de identidad que nos mostró esta veterana formación de cuna texana, como así se les nota: una mezcla de blues y hard de sonido guitarrero poderoso, arropada por una sección rítmica de gran profesionalidad. Porque no tardó en evidenciarse que Point Black son unos músicos profesionales que, desde el primer momento, supieron hacerse con el público, que se entregó, transformando con maestría el blues en rock y viceversa. No en balde todos los comentaristas señalan que su larga trayectoria está marcada por una insobornable honestidad musical.
También quedó patente el carisma de Buddy Whittington, guitarrista curtido con el exigente John Mayall. Su versátil técnica, donde cabían con facilidad hasta los tapping, mostró a un solista de gusto cultivado, dispuesto siempre a acudir a las notas más melodiosas de las escalas que transitaba. Su buen hacer se ganó a los presentes en la calle de La Noria en un concierto en el que el sonido (siempre temible) volvió a estar a la altura en otra noche estrellada, de buena temperatura y mejor ambiente.
Hasta los colegas de las rastas dieron su aprobación a una banda que hizo música de altura, de sonidos muy actuales, pero fuertemente anclada en las raíces de los doce compases, al mejor estilo norteamericano. Unas características que prueban que es una formación capaz de sobrevivir con frescura a los estragos que pueda hacer el paso del tiempo. Por eso han sido capaces de telonear a grandes como Bruce Springstenn en su dilatada carrera: Point Black no tiene puntos negros.
En definitiva, un gran descubrimiento del que esperamos tener nuevamente ocasión de disfrutar en directo, aunque Internet nos pone al alcance una discografía nada desdeñable.
Esta vez los teloneros locales fueron Keiko & EvilMrSod (a saber cómo se pronuncia eso). Empezaron fríos, pero también terminaron ganándose a la audiencia con sus sonidos setenteros, su versión de Otis Redding y la composición propia que cerró su actuación. Pero el problema siempre es el mismo: cuando empieza la formación cabecera de cartel se aprecia un abismo. Aunque, musicalmente, nuestras humildes posibilidades isleñas no deben restar ni un ápice a la ambición.

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