Un grupo de las más sensatas personas que habitan en este país se ha decidido a defender el español como nuestra lengua franca, idioma común e instrumento central de nuestra cultura. La iniciativa ha recogido sobre la marcha múltiples adhesiones.
El gobierno socialista, por su parte, ha acogido la iniciativa con disgusto y soberbia.
Pero, bueno, reconforta saber que hay gente con sentido común y que algo se mueve en la defensa de nuestro mayor patrimonio nacional.
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