domingo, 2 de agosto de 2009

Vacaciones

De verdad que casi ni me creo que vaya a estar unos días de vacaciones, de esas vacaciones nada ociosas, sino activas, con una lista de tareas que realizar: escribir, ver películas, leer, oír música, nadar... Buscar sosiego en esas actividades y sobrellevar el calor con paciencia y mucha agua. En pocos días me acercaré peligrosamente a la cincuentena y ya uno ha tenido tiempo para saber lo que quiere y hasta cómo lo quiere.
La única tristeza son los inevitables (parece) incendios forestales tanto en territorio peninsular como insular. Ver las imágenes de esas llamas, esas columnas de humo, ese peligro, acongoja a cualquiera. Pero el calor, como todo, también tiene su lado oscuro. La vida sigue y a veces parece más que el remo es una extensión del mar, no del brazo, que, dicho de otro modo, nuestra arrogancia antropocéntrica nos hace olvidar que, al final, la jefatura la ejerce la naturaleza.

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