lunes, 17 de agosto de 2009

Insultos, o así son ellos

Hoy leo en El País, en titulares, sobre el llamado caso Gurtel: "La investigación apunta indicios de un nuevo fraude tras analizar...". ¿Es que ya algún tribunal ha sentenciado que ha habido un fraude anterior y ha condenado a alguien por su responsabilidad en él? Y que conste que si el PP (sus dirigentes) han cometido delito, pues que se les juzgue, aunque todos sabemos que la financiación de los partidos políticos en España (de todos) tiene de siempre un pie fuera de la ley. A qué engañarnos.
Pero lo que me llama la atención desde hace tiempo y saco hoy a relucir es ese movimiento en favor de la "unidad ibérica" que se viene produciendo todos los veranos en la prensa en los últimos años. He tenido noticia de ello a través de la publicidad que se hace a una encuesta anual que viene haciendo la Universidad de Salamanca sobre este particular, por la insistencia en impulsar y publicitar la penetración del español en Brasil y por los apoyos públicos de Saramago, que defiende esta idea. Pero hoy lo comento por La Tercera del ABC firmada por Martín Pallín, que, todo sea dicho, me parece de siempre persona políticamente inquietante. A mi la idea de la unidad de España y Portugal no me gusta nada por las siguientes razones:
- Soy absolutamente lusófilo y estoy convencido de que son los portugueses los que perderían en un trato así.
- La idea tiene de portavoces en España a los mismos que están convirtiendo un estado federal en otro confederal sin contar con el conjunto de los ciudadanos españoles e, incluso, a sus espaldas.
- Porque el propio Martín Pallín prueba lo que se esconde de verdad tras su pensamiento, pues dice de los que no estén de acuerdo con él: "Los prosaicos e irreductibles patriotas de charanga y pandereta tienen ante sí un escenario con el que no contaban y que siempre despreciaron". Insultos y descalificación para los que no estén de acuerdo con él.
En fin, que así son ellos.

1 comentario:

e2g dijo...

Creo, Paco, que todo forma parte del elenco de aromas que desgranaste en tu excelente reflexión sobre la materia. El PSOE es ante todo una máquina para ganar elecciones, de la que el actual gobierno, de España, claro, es un mero apéndice, una simple sucursal. Ni su presidente ni ninguno de los miembros y altos cargos del mismo ha pensado nunca que su función es gobernar. Sólo piensan en clave de partido político; es decir, en cómo ganar elecciones. Un buen ejemplo de ello, además del propio Rodríguez Zapatero y De la Vega Sanz (hoy he sabido que De la Vega no es el segundo apellido de la vicepresidenta por aquello de la condecoración que Franco concedió a su "represaliado" padre, don Wenceslao Fernández de la Vega ¡Qué cosas!) es José Blanco, el de los “concetos”, quien pareció que había cambiado al ser nombrado ministro pero fue un espejismo. Enseguida olvidó que ya había conseguido el sueño de su vida y volvió a las bufonadas. Esta es la causa del desgobierno de España: que el gobierno sólo piensa en cómo ganar las próximas elecciones. Si no, cómo se explica lo del cheque bebé, lo de las 400 € en el IRPF, lo de los 420 € a algunos desempleados para sacarlos de la EPA, lo de la financiación autonómica, lo de la TDT de pago, lo de las centrales nucleares, los de los signos religiosos en las escuelas (sin tocar el uso del velo, claro), la Cúpula de Barceló, la reconstrucción de un edificio en Italia, el regalo de 28.810 € a los homosexuales de Zimbabue. Ni siquiera importa que tengamos que volver a las cartillas de racionamiento. En Cuba las tienen y a Fidel no hay quien lo eche. Todo lo que sea útil para conservar el poder es bueno, aunque apeste. ¿Se podría permitir doña Mari Tere de la Vogue, por poner un ejemplo, el fondo de armario que exhibe a diario con el sueldo de magistrado que consiguió de bobilis bobilis por el llamado "cuarto turno"?
En lo de la unión de Iberia has estado muy agudo. Ciertamente en El Periódico del 19-09-08, bajo el título: “Es la crisis, no el apocalipsis” se publicaba un artículo del magistrado emérito del TS José Antonio Martín Pallín en el que, entre otras cosas decía: “La actualidad política que se observa en España ante una crisis universal es, por lo menos, contradictoria. Después de casi 30 años de vigencia de la Constitución, nos hemos convertido en una estructura política semejante a un Estado federal”. Con este antecedente, que hable ahora (ABC el 17-08-09) “A favor de una Península Ibérica unida” sólo puede entenderse de que parte de que ya el federalismo en España es una realidad que integra ya a los Estados de Cataluña, País Vasco, Galicia y puede que algunos otros como Canarias y Baleares y desde luego el resto de territorios que mantengan el nombre de España, y de que para completar el puzzle sólo falta Lusitania.
Quien sabe, Paco, puede que esta sea la mejor solución para todos ya que habría dos Estados fuertes: España y Portugal, y unos pequeños apéndices de acompañamiento. Pero, dicho esto, conviene bajar a la tierra. ¿Qué necesidad tienen España y Portugal de esta unión si ya los dos Estados están unidos en Europa? Lo que cada día parece más acreditado es que a todos conviene un estrechamiento de los lazos de todo tipo entre los actuales miembros de la Unión Europea hasta llegar al Estado federal ¿Qué sería hoy de nuestra Peseta, del Escudo o del Dracma, por no decir de la Lira, como monedas nacionales? En nuestro caso quizás tengamos ocasión de comprobarlo cuando gracias al galopante déficit presupuestario nos expulsen de la moneda única.