viernes, 21 de agosto de 2009

Las cosas de los medios

Hay ciertas cosas de los medios de comunicación que cada vez me incordian más. Por ejemplo, hacerse eco de ese instinto natural de venganza que surge en las personas cuando sufren una tragedia personal. Es el caso de tantas denuncias por negligencia médica aventadas por doquier, pues se está convirtiendo en verdad universal que todo el que muere rodeado de médicos lo hace porque éstos se equivocan voluntaria o involuntariamente, como si la medicina fuera una ciencia exacta y todo fuera curable. ¿Nadie se acuerda de aquella milonga borgiana que decía: "Manuel Flores va a morir/ eso es moneda corriente/ morir es una costumbre/ que suele tener la gente"? Y no estoy diciendo que debamos ser conformistas con los mortales errores médicos o de cualquiera, sino que seamos sensatos con lo que difundimos, después de tantos años de hacer la vista gorda con todos esos chóferes borrachos que se han llevado a tantos inocentes por delante sin haber pisado una cárcel.
Hoy mismo el ABC, en sus páginas de Canarias y sobre las dos muerte que se produjeron en una pirotecnia de Teror, titula: "El alcalde deberá responder si El Secuestro tenía licencia", porque la oposición municipal quiere obtener sus réditos por el accidente en esta empresa. Sólo falta añadir: "Si no, se va a enterar ese badulaque cuando lo empalemos".
Otrosí, ABC dice hoy que "la CIA contrató a los mercenarios de Blackwater para asesinar a Bin Laden" y El País que "la CIA contrató a mercenarios para asesinar terroristas", usando en ambos casos un verbo de unas connotaciones tan fuertes que nos impelen a acudir en defensa de Bin Laden y sus secuaces a todas las instancias humanitarias que en el mundo son no sea que se consume tamaña e irreparable injusticia. Porque de verdad que somos tan humanitarios, no nos debe caber duda, que en Escocia han dado la libertad al terrorista del Lockerbie, al que se condenó a morir en la cárcel, porque resulta que se va a morir en la cárcel. ¡Qué galimatías! Eso sí, cuidan mucho de destacar que los tocanarices de EEUU se oponen, pero no hacen lo mismo con las asociaciones de víctimas, que también están en contra.
De estas cosas de la prensa, una de las que más me hace gracia es cuando los medios españoles, con la inestimable colaboración de unas leyes del siglo XIX, destacan que al sañudo terrorista etarra lo vamos a condenar a 1.600 años de cárcel por malo. ¿Si cumple los dos tercios de la condena con buena conducta, le damos la libertad condicional? ¡Anda ya!

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