Después de la entrada (pretendidamente) sarcástica escrita ayer por servidor sobre la "medida humanitaria" en favor del condenado por el caso Lockerbie, entre otros asuntos, hoy sólo queda la indignación tras la lectura de la prensa, pues sabemos que, tras la acción humanitaria, se escondían acuerdos comerciales que quiere firmar Gran Bretaña con Libia y que, tras ciertos pretendidos compromisos de discreción, Gadafi organizó a su esbirro una recepción triunfal que ha indignado sobremanera a las familias de las 270 víctimas del atentado y ha puesto en ridículo al gobierno de su Graciosa Majestad.
Por cierto, también les recomiendo la lectura del editorial de ABC de hoy titulado "Información y confidencialidad", en el que se muestra la actitud ensoberbecida de los medios de comunicación. Después de ser, al menos, cooperadores necesarios con los políticos para vulnerar la ley de Trasplantes y el derecho fundamental a la intimidad reconocido en nuestra Constitución, el diario dice que la culpa es de la Administración y que ellos sólo han cumplido su obligación de satisfacer el interés público... por el morbo, porque es evidente que no se aporta más que morbo al hecho de conocer la identidad del donante en el transplante de cara realizado por el doctor Cavadas.
Nótese que el doctor Cavadas compareció ante la prensa ayer enfadado y cómodamente vestido con vaqueros y una camisa suelta de esas africanas. Desde luego un gran médico que con su transplante y su actividad médica en África ha hecho más por la especie humana que todos esos de la chaqueta y la corbata dentro de un coche oficial. Estos detalles revelan mucho.
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