Recuerdo que en mi infancia, cuando sabía que una travesura llevaba castigo, me dolía menos que la vergüenza. Así me educaron: en el respecto a los mayores, en la urbanidad y otros valores, todos ellos positivos.
En la actualidad, parece que, si ese educación familiar se transmite, no llega a sus receptores. ¿O simplemente ha cambiado la forma de educar a nuestros hijos, para mal?
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