El sostén de las democracias
liberales ha sido la clase media, que nació de la justicia social y la igualdad de
oportunidades en la segunda mitad del pasado siglo. Y es la clase media la que ha sostenido a Occidente económica y
políticamente. Pero esta situación ha devenido imposible hoy por el
empobrecimiento general de este grupo social a consecuencia de la crisis de
2017 y la inflación actual. Tampoco funciona ya el ascensor social de los
estudios o la emprendiduría. Sólo crecen los precios y el malestar.
Y mientras esto sucede, leo que
en Madrid no paran de aumentar los miembros de las bandas y la compra de
machetes, que en Suecia se ha encargado nada menos que al ejército luchar
contra el crimen organizado…
Parece que, poco a poco, se hacen
añicos los mecanismos que garantizan la convivencia y la justicia social. Que
se asienta una ideología (la profunda, no la banal de izquierdas y derechas)
venenosa que enferma a las sociedades occidentales.
Las élites políticas, por su
parte, no saben, no contestan.
Es lo que hay.
No hay comentarios:
Publicar un comentario