viernes, 16 de septiembre de 2011

El espíritu nacional y el Derecho Civil

¿Puede ser que el carácter de un pueblo esté en su Código Civil? Se me ocurrió esta peregrina idea pensando sobre esa caricatura de los catalanes: la pela es la pela.
La tradición y la legislación catalana sobre la transmisión de la propiedad ha sido distinta de la del resto de España. La figura del primogénito que lo hereda todo para no menoscabar el patrimonio, el matrimonio en régimen de separación de bienes... Esto obliga a que cada cual construya su fortuna duro a duro, euro a euro, sabiendo lo que cuesta ganarlos y luchando por conservarlos.
De nada les sirve sentarse a esperar a que los padres mueran ni buscar un matrimonio de conveniencia. No se reparten ni las migajas. Cada sujeto se labra su fortuna.
En cambio, en Castilla estaban los hidalgos soñando heredar y esperando la caída de la hoja porque trabajar era indigno de caballeros. Esta mentalidad la refleja bien esta anécdota verídica que nunca podré olvidar:
En su primer día de trabajo, el nuevo empleado ponía empeño en la realización de sus quehaceres, mientras el resto de sus compañeros fumaba plácidamente al cobijo de una sombra. Uno de estos le dijo, viendo el empeño del novato por cumplir con su encomienda: "Pero hombre, es que crees que vas a heredar".

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