martes, 26 de agosto de 2008

Los sexos y la publicidad

Me acuerdo que antes se decía que ciertos anuncios televisivos iban dirigidos a la mujer específicamente, como eran los de detergentes para la colada. Esta tradición de anuncios específicos para determinado sexo sigue, pero parece que ahora se ocupan de ciertas afecciones físicas que la estadística debe atribuir con notable prevalencia a las féminas.
Así, últimamente me quedo perplejo viendo anuncios que aseguran "regularizar el tránsito intestinal" con miniedemas y yogures, pomadas (benditas sean) que alivian las hemorroides y otros que protagonizan y se dirigen a mujeres como si ellas fueran las únicas estreñidas del país o acapararan todas las hemorroides, pongo por caso.
En cambio, los espot de coches, no; esos se dirigen a los señores, que unas veces hacen magia aparcando o creen sus hijos que son ricos por el modelo que han comprado.
Todo ello pretende publicitarse con pretendidas pátinas de verismo, de tal manera que la señora que en un anuncio aparecer identificada como coordinadora de la ESO (a la que cansa más cuidar de sus hijos) en el siguiente alaba la eficacia de ciertos desayunos adelgazantes.
Y todo este alarde de imaginación no se toma un descanso, como sucede en las teles generalistas, en las que duran más los espacios publicitarios que el tiempo que dedican a la película que están proyectando. Por ejemplo, para ver un largometraje de hora y media en Tele 5 hay que disponer de cuatro horas.

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